/ martes 8 de mayo de 2018

Qué, ¿acaso Sarita no tiene derecho?

Cuando Arturo Durazo llevó a varios de sus lambiscones a conocer su casita llamada por el populacho “El Partenón de Tlalpan”, uno de ellos cometió la burrada de preguntarle si no era mucha ostentación tener una residencia tan bárbara. A lo que mi general contestó retador y altanero: “Qué, ¿acaso no tengo derecho?”.

Que la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, tenga una casa de 12 millones de pesos no es algo que nos deba sorprender y mucho menos espantar. Qué, ¿acaso no tiene derecho?

No hay que olvidar que Sarita es una de las académicas mejor pagadas del país con un sueldo mensual de 195 mil 348 pesos con 33 centavos. Es decir, 82 mil 155 pesos más (sin contar los centavos) que el sueldo que percibe el rector de la UNAM, Enrique Graue, que es de 113 mil 193 pesos.

Es bueno aclarar que Sarita no es la única con un sueldazo que quita el hipo. Son varios los rectores universitarios que ganan más que los gobernadores de sus estados.

Reitero, que la señora tenga una residencia sobre un terreno de 3 mil 547 metros cuadrados, y que esa propiedad la haya comprado apenas dos meses después de que inició su segundo periodo como rectora, no tiene la menor importancia.

En este país donde pocos se han adueñado de mucho y muchos no tienen ni en qué caerse muertos, una mansioncita de 12 millones de pesos no debería ser motivo de tanta alharaca.

El Partenón de Tlalpan le fue expropiado de fea manera a mi general Durazo para convertirlo en oficinas de gobierno. Pero nadie le quitará su casa a Sarita, por mucho que no pueda demostrar que con el sueldazo que gana desde que tomó posesión como rectora, nomás no le alcanza para un caserón de esa naturaleza.

¿Que la mansión es ofensiva para una sociedad cuya mitad de sus habitantes es entre pobre y miserable? Sí. ¿Que es ofensiva para la UV que se está descarapelando por la falta de mantenimiento? También. Pero como dijo Lucerito, ¿y? ¿y? ¿y?

Sarita no ha hecho más que repetir la fórmula de Fidel Herrera, Javier Duarte, Gabriel Deantes, Gina Domínguez, Arturo Bermúdez Zurita, Tarek Abdalá, Edgar Spinoso, Adolfo Mota y Érick Lagos, entre otros, que tienen casas que no empatan con los sueldos que han ganado como funcionarios públicos. Pero eso no tiene nada de malo; es lo que se estila y practica desde tiempo inmemorial.

Digo, ¿a poco por eso ya es corrupta la señora?

Por Dios, cómo pasas a creer eso, lector.

Sara ladrón de Guevara no es corrupta, es víctima de la inquina de una sociedad chaparra que no tolera el triunfo ajeno.

La rectora es tan impoluta como Juana de Asbaje. O para no irnos tan lejos, como Eva Cadena; esa mártir del calvario político a quien sujetos poco escrupulosos videograbaron recibiendo fajos de billetes.

Eva fue denostada, vilipendiada y corrida del paraíso de Morena donde le quitaron hasta su curul. Pero resurgida de sus cenizas, ahora le quiere empujar una demanda por 20 millones de pesos a un diario de circulación nacional, porque le ocasionó daño moral al publicar los videos.

Yo estoy seguro que Sara Ladrón de Guevara es una funcionaria universitaria dueña de una honradez y rectitud a toda prueba.

Pero si alguien comprueba que estas palabras no son ciertas, que Sarita le regale su casa de 12 millones de pesos junto con el terreno de 3 mil 547 metros. Faltaba más.

bernardogup@hotmail.com



Cuando Arturo Durazo llevó a varios de sus lambiscones a conocer su casita llamada por el populacho “El Partenón de Tlalpan”, uno de ellos cometió la burrada de preguntarle si no era mucha ostentación tener una residencia tan bárbara. A lo que mi general contestó retador y altanero: “Qué, ¿acaso no tengo derecho?”.

Que la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, tenga una casa de 12 millones de pesos no es algo que nos deba sorprender y mucho menos espantar. Qué, ¿acaso no tiene derecho?

No hay que olvidar que Sarita es una de las académicas mejor pagadas del país con un sueldo mensual de 195 mil 348 pesos con 33 centavos. Es decir, 82 mil 155 pesos más (sin contar los centavos) que el sueldo que percibe el rector de la UNAM, Enrique Graue, que es de 113 mil 193 pesos.

Es bueno aclarar que Sarita no es la única con un sueldazo que quita el hipo. Son varios los rectores universitarios que ganan más que los gobernadores de sus estados.

Reitero, que la señora tenga una residencia sobre un terreno de 3 mil 547 metros cuadrados, y que esa propiedad la haya comprado apenas dos meses después de que inició su segundo periodo como rectora, no tiene la menor importancia.

En este país donde pocos se han adueñado de mucho y muchos no tienen ni en qué caerse muertos, una mansioncita de 12 millones de pesos no debería ser motivo de tanta alharaca.

El Partenón de Tlalpan le fue expropiado de fea manera a mi general Durazo para convertirlo en oficinas de gobierno. Pero nadie le quitará su casa a Sarita, por mucho que no pueda demostrar que con el sueldazo que gana desde que tomó posesión como rectora, nomás no le alcanza para un caserón de esa naturaleza.

¿Que la mansión es ofensiva para una sociedad cuya mitad de sus habitantes es entre pobre y miserable? Sí. ¿Que es ofensiva para la UV que se está descarapelando por la falta de mantenimiento? También. Pero como dijo Lucerito, ¿y? ¿y? ¿y?

Sarita no ha hecho más que repetir la fórmula de Fidel Herrera, Javier Duarte, Gabriel Deantes, Gina Domínguez, Arturo Bermúdez Zurita, Tarek Abdalá, Edgar Spinoso, Adolfo Mota y Érick Lagos, entre otros, que tienen casas que no empatan con los sueldos que han ganado como funcionarios públicos. Pero eso no tiene nada de malo; es lo que se estila y practica desde tiempo inmemorial.

Digo, ¿a poco por eso ya es corrupta la señora?

Por Dios, cómo pasas a creer eso, lector.

Sara ladrón de Guevara no es corrupta, es víctima de la inquina de una sociedad chaparra que no tolera el triunfo ajeno.

La rectora es tan impoluta como Juana de Asbaje. O para no irnos tan lejos, como Eva Cadena; esa mártir del calvario político a quien sujetos poco escrupulosos videograbaron recibiendo fajos de billetes.

Eva fue denostada, vilipendiada y corrida del paraíso de Morena donde le quitaron hasta su curul. Pero resurgida de sus cenizas, ahora le quiere empujar una demanda por 20 millones de pesos a un diario de circulación nacional, porque le ocasionó daño moral al publicar los videos.

Yo estoy seguro que Sara Ladrón de Guevara es una funcionaria universitaria dueña de una honradez y rectitud a toda prueba.

Pero si alguien comprueba que estas palabras no son ciertas, que Sarita le regale su casa de 12 millones de pesos junto con el terreno de 3 mil 547 metros. Faltaba más.

bernardogup@hotmail.com