/ miércoles 29 de junio de 2022

Turismo en puerta

No, no habrá un aumento masivo de turistas a causa del Carnaval de Veracruz, próximo a realizarse, ni por los carnavales o fiestas patronales a celebrarse en varias ciudades del país. Ahora es muy probable que haya un turismo peculiar de damas que podrían visitar nuestro país para poder interrumpir el embarazo.

Recientemente la Corte de Estados Unidos ha revocado el derecho de la mujer para interrumpir el embarazo, lo cual ha sido aceptado y firmado por los gobernadores de varios estados de la Unión Americana, aunque algunos como California hará una consulta y votación ciudadana para decidir si se modifica la ley que los prohíbe o se mantiene el derecho de abortar.

Otros estados, sobre todo los del norte, mantienen su postura de no modificar ese derecho, de tal manera que ya se está viendo la posibilidad de que las mujeres de los estados que han derogado el derecho, puedan viajar a los estados donde sí es permitido, para poder interrumpir sus embarazos no deseados.

Según las nuevas disposiciones, se puede abortar cuando la mujer tenga una enfermedad que ponga en riesgo su vida, trastornos psiquiátricos o patologías complejas y crónicas: cuando el producto tenga datos de anencefalia, microcefalia, síndromes cromosómicos como el Down, malformaciones cardiacas o renales complejas de difícil o nula corrección.

El derecho a interrumpir el embarazo en la Unión Americana data de 1973 y se admitía incluso interrumpirlo en etapas avanzadas, lo que disminuyó mucho la morbimortalidad de mujeres que anteriormente ponían en riesgo su salud y su vida por abortos clandestinos, insalubres y mal hechos.

Ahora con la prohibición adoptada ya en varios estados, los movimientos pro y anti abortos vuelven a ponerse en disputa y las pro exigen se dé marcha atrás a la prohibición, pues es sabido que las mujeres decididas a interrumpir su embarazo lo harán a pesar de la ley y creencias religiosas, lo que tendrá un costo elevado al Estado por las complicaciones y muertes maternas, lo cual será una realidad pues siempre habrá quien les ayude a sus propósitos, aunque sea en condiciones insalubres, con poca experiencia, y una vez hecho manden a las mujeres a su casa sin saber cómo evolucionarán, lo que conlleva –mínimo– a infecciones graves, sangrados, perforaciones uterinas u otras lesiones o consecuencias, que de todas formas llegarán al hospital si no es que mueren en el intento.

En nuestro país tiene poco tiempo que se derogó la prohibición de la interrupción del embarazo, siempre y cuando sea antes de las 12 semanas de gestación, a lo que muchos grupos médicos anteponen la objeción de conciencia para no ser obligados a practicar abortos en el sector salud, aunque previamente ya se podía abortar legalmente en hospitales de la Ciudad de México, lo que creó una nueva forma de turismo, que ahora podría crecer al existir clínicas en varias ciudades dedicadas a hacer abortos legales, limpios, bien hechos y con experiencia, además de vigilancia médica, apoyo psicológico e incluso económico a través de un estudio socioeconómico, lo que será un atractivo para las mujeres norteamericanas.

No, no habrá un aumento masivo de turistas a causa del Carnaval de Veracruz, próximo a realizarse, ni por los carnavales o fiestas patronales a celebrarse en varias ciudades del país. Ahora es muy probable que haya un turismo peculiar de damas que podrían visitar nuestro país para poder interrumpir el embarazo.

Recientemente la Corte de Estados Unidos ha revocado el derecho de la mujer para interrumpir el embarazo, lo cual ha sido aceptado y firmado por los gobernadores de varios estados de la Unión Americana, aunque algunos como California hará una consulta y votación ciudadana para decidir si se modifica la ley que los prohíbe o se mantiene el derecho de abortar.

Otros estados, sobre todo los del norte, mantienen su postura de no modificar ese derecho, de tal manera que ya se está viendo la posibilidad de que las mujeres de los estados que han derogado el derecho, puedan viajar a los estados donde sí es permitido, para poder interrumpir sus embarazos no deseados.

Según las nuevas disposiciones, se puede abortar cuando la mujer tenga una enfermedad que ponga en riesgo su vida, trastornos psiquiátricos o patologías complejas y crónicas: cuando el producto tenga datos de anencefalia, microcefalia, síndromes cromosómicos como el Down, malformaciones cardiacas o renales complejas de difícil o nula corrección.

El derecho a interrumpir el embarazo en la Unión Americana data de 1973 y se admitía incluso interrumpirlo en etapas avanzadas, lo que disminuyó mucho la morbimortalidad de mujeres que anteriormente ponían en riesgo su salud y su vida por abortos clandestinos, insalubres y mal hechos.

Ahora con la prohibición adoptada ya en varios estados, los movimientos pro y anti abortos vuelven a ponerse en disputa y las pro exigen se dé marcha atrás a la prohibición, pues es sabido que las mujeres decididas a interrumpir su embarazo lo harán a pesar de la ley y creencias religiosas, lo que tendrá un costo elevado al Estado por las complicaciones y muertes maternas, lo cual será una realidad pues siempre habrá quien les ayude a sus propósitos, aunque sea en condiciones insalubres, con poca experiencia, y una vez hecho manden a las mujeres a su casa sin saber cómo evolucionarán, lo que conlleva –mínimo– a infecciones graves, sangrados, perforaciones uterinas u otras lesiones o consecuencias, que de todas formas llegarán al hospital si no es que mueren en el intento.

En nuestro país tiene poco tiempo que se derogó la prohibición de la interrupción del embarazo, siempre y cuando sea antes de las 12 semanas de gestación, a lo que muchos grupos médicos anteponen la objeción de conciencia para no ser obligados a practicar abortos en el sector salud, aunque previamente ya se podía abortar legalmente en hospitales de la Ciudad de México, lo que creó una nueva forma de turismo, que ahora podría crecer al existir clínicas en varias ciudades dedicadas a hacer abortos legales, limpios, bien hechos y con experiencia, además de vigilancia médica, apoyo psicológico e incluso económico a través de un estudio socioeconómico, lo que será un atractivo para las mujeres norteamericanas.