Con la llegada de 2023, el Museo de la Música Veracruzana tiene un nuevo atractivo temporal, se trata de la exposición fotográfica “Ruido”, de Axel Calatayud.
¿Cuál es la particularidad de la muestra? Las cerca de cien imágenes en pequeño y mediano formato parten de fotos elaboradas en película de 35mm, alteradas químicamente por su autor. El resultado de la exploración del artista son imágenes distorsionadas que sugieren movimiento y motivan a la reflexión sobre la pérdida del vínculo con la realidad inicial.
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“Lo que vemos es una analogía entre un resultado ‘indeseable’ en la fotografía con un efecto similar que nos provoca escuchar un ruido”, opina Kathryn Medina.
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Añade que entre líneas, escrituras, puntos, luces, barridos, mares, cuerpos y color, Axel Calatayud adentra al espectador a un espacio que propone presentar y vivir la parábola de la imagen hacia el sentido auditivo.
Desde las artes visuales, cree que el ruido adquiere un valor estético-simbólico, pues detona reflexiones: la música pierde su dominio sobre ruidos y sonidos para atraer experiencias estéticas más complejas.
¿Dónde y en qué horario puedo ver "Ruido" de Axel Calatayud?
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“Ruido” se puede visitar en Xalapa, en Salvador Díaz Mirón 21, de 10 a 19 horas. La entrada a Casa Doña Falla es libre y está la invitación también para recorrer todo el recinto.
De manera permanente están en exhibición fotografías, periódicos y documentos históricos. También, una sala dedicada a los cardófonos y dos más a la laudería y pinturas.
Un espacio intimista es la recreación de una sala xalapeña de antaño, cuando la música emergía del piano en las reuniones familiares o de amigos, en tardes de tertulia donde se cantaba o se leía poesía.
Enrique Salmerón, director del recinto, anota que los valses mexicanos forman parte de ese imaginario sonoro que de inmediato remite a la época del porfiriato, en una época llena de remembranzas, de madera antigua, de roperos oliendo a alcanfor, de los retratos del abuelo o bisabuelo militar.
La bienvenida al recinto la da el espacio acondicionado para recordar a Ángel J. Garrido, xalapeño que fue apoyado por el gobernador Teodoro Dehesa para realizar su sueño de ser músico.
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Se sabe que fue un brillante compositor, director de bandas, además de un guitarrista consumado.
Salmerón menciona que escribió danzas para piano o guitarra, canciones para voz con letra y música de él, pero el dinero escaseaba y, en muchas ocasiones, vendía su propia música en la calle. “Una triste realidad fue que, a pesar de su arte, él murió en la más lamentable pobreza”.
