Como el ave fénix que resurge de sus propias cenizas, a la familia xalapeña Hernández Gómez le tocó vivir dos incendios en el mercado Jáuregui, el segundo, con pérdidas totales. La adversidad la ha fortalecido y en 2024, “La Orizabeña” suma más de 70 años como una de las florerías más antiguas de la ciudad.
¿Cómo fueron los inicios de la florería La Orizabeña en Xalapa?
Orgullosa de pertenecer a una familia que describe como creativa, trabajadora, constante y resiliente, Valeria Hernández Gómez comparte la historia de la empresa familiar con cuatro generaciones involucradas, pues los orígenes son desde 1939.
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En Ruiz Cortines 1013 de la colonia Tamborrel, con un marco de girasoles de fondo, peluches y soportes de cerámica de marca propia, además de flores y cuadros de novias con elegantes ramos, Valeria habla de autosustentabilidad, de trabajo colaborativo y de valentía, felicidad, amor y gratitud.
El 29 de mayo de 1952, Diario de Xalapa consignó que un día antes, en el Jáuregui, había ocurrido el incendio más grave hasta el momento, sofocado con ayuda de bomberos locales, de Veracruz y Puebla.
Alfonso Hernández y Sara González, abuelitos paternos de Valeria, estaban entre las personas afectadas y para sobrevivir pasaron algún tiempo como vendedores en la calle, como “marchantes”, hasta la construcción del nuevo mercado, donde volvieron a tener un local “aclientado”.
Después se incorporaron Alfonso hijo y su esposa María Esther, pero el año 2018 los volvió a marcar. Otro siniestro en el Jáuregui afectó a 30 locales con pérdidas totales, uno de esos era el suyo; vino entonces la decisión de ya solo quedarse en Ruiz Cortines, donde en 2003 habían abierto una sucursal.
En la actualidad, tradición y uso de la tecnología y plataformas digitales se conjuntan para nuevas maneras de promover su trabajo, y es que están abiertos al público general pero les han funcionado mejor las ventas programadas a distancia, con rutas diarias.
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“Somos una familia muy unida, a todos nos gustan las flores, y también, al equipo de trabajo lo vemos como nuestra familia. Además, somos autosustentables en muchas cosas, algunas de las bases las elaboramos y tenemos un vivero en Coatepec, de donde sacamos nuestros propios follajes”, dice la amante de las rosas y de la variedad de flores “espuela”.
En su familia, asegura Valeria, no cabe la envidia sino el compartir, por eso idearon el proyecto “Una florista en Xalapa”, con talleres para quienes estén interesados en conocer más, como “hobby” o emprender su propio negocio. Esta área está a cargo de su hermana Gaby.
Flores, símbolo de amor y gratitud
En “La Orizabeña”, que debe su nombre a la ciudad donde inicialmente la familia adquiría sus flores, lo más solicitado son las rosas, las gerberas, los lilis y las astromelias; los girasoles viven un auge, sobre todo por la tendencia de regalar flores amarillas.
Valeria narra que adquirir flores no es algo estático, también obedece a los tiempos y sociedades, pone como ejemplo las peonias, flores caras y muy solicitadas, para las cuales hay nuevas variantes.
“Trabajar con flores es un arte, una entrega de sentimientos, porque le echamos pasión con el fin de lograr un armado con armonía”, dice.
Ramos buchones
Las opciones son tan diversas que van desde decoraciones y ramos de novias hasta los arreglos con opciones delicadas, primaverales, románticas, estilos europeos y de “luxe”; la moda son los ramos buchones, grandes, llamativos, ostentosos.
Los ramos buchones pueden llegar hasta las 500 rosas y también hay modelos de cajas de metal con 300 rosas. ¿Con vino, con peluche, con chocolates? Los modelos son infinitos.
“La creatividad no tiene límites, y como todo lo que sentimos sabemos que se le va a transmitir a la persona que lo reciba, lo hacemos con amor, con felicidad. Todo el proceso importa y por eso damos recomendaciones a los choferes. Las flores sienten”, afirma Valeria, quien a sus 32 años celebra la incorporación de sus sobrinos.
En la visita a la florería, los demás integrantes de la familia aún elaboraban las últimas entregas del día. María Esther, mamá de Valeria, ya suma 50 años dedicada a este arte que, asegura, le da felicidad, paz y alegría.
“La esencia es poder ayudar a otros a transmitir sus emociones y sentimientos”, dicen quienes también promueven el reciclaje y utilizan sus residuos orgánicos para composta.
Para saber más de esta familia y su creatividad se puede visitar en Facebook Florería La Orizabeña o escribir WhatsApp al 22 81 13 69 19.