/ viernes 12 de noviembre de 2021

COP26: Justicia climática en su forma más básica

¿Choque de generaciones o diferentes perspectivas sobre el cambio climático? “Se estima que 25 mil manifestantes, muchos de los cuales eran niños y jóvenes, se reunieron en el centro de la ciudad de Glasgow el viernes (5 de noviembre) para pedir a los líderes privilegiados y poderosos dentro de los pasillos de COP26, que actúen más rápido sobre la crisis climática”, comenta Louise Boyle.

¿Cómo discutir con quienes niegan el cambio climático? ¿Cómo hacer para que muchos adultos cambien de opinión respecto a este problema? El investigador y activista escocés Fraser Stewart dijo que era una falacia que a la gente de clase trabajadora no le importara la crisis climática. “La crisis climática es el mismo problema que la pobreza y la desigualdad”. La profesora Arunima Krishna, investigadora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Boston, dice: “Creo que la gente no se da cuenta de lo cerca de su casa que está el cambio climático”.

El mensaje que quisieron dejar en el COP26 los jóvenes y activistas fue llamar a la solidaridad entre ellos y los adultos, que han aceptado la desinformación sobre el clima y exigir se cumplan los acuerdos y objetivos sobre el cambio climático de la ONU. Se tiene la experiencia en 2015, en el marco de la COP21, donde los líderes mundiales aprobaron en París un acuerdo histórico para frenar el cambio climático: esencialmente se comprometieron a mantener el incremento de la temperatura media del planeta muy por debajo de los 2ºC y trabajar para limitar ese aumento a los 1,5ºC. Acordaron también intensificar los esfuerzos para adaptarse a los impactos del cambio climático y lograr que los flujos de financiación fueran consistentes con la transición hacia una economía baja en carbono y un desarrollo resiliente a dichos impactos climáticos. Hoy se comprueba que tales acuerdos no se cumplieron, así lo manifiestan los jóvenes.

El informe de las Naciones Unidas publicado la semana pasada, durante las conversaciones sobre el clima en Glasgow, señaló que los costos de adaptación en los países en desarrollo eran ahora de cinco a diez veces mayores que la cantidad actual de financiamiento público invertida. Clara Ferreira Marques, de Bloomber Opinion, comenta que la adaptación al cambio climático debe ser financiada. El calentamiento global está aquí y el mundo aún no está preparado. La necesidad de adaptarse a un clima en transformación solía verse como una distracción del objetivo más urgente de prevenir el cambio. Hoy, su clara adaptación no puede esperar más. Este año, las inundaciones, sequías, huracanes severos y el domo de calor en el noroeste del Pacífico, por nombrar solo algunos, han sido un recordatorio de que la realidad ya es cara e impredecible, y cada vez lo será más. Tanto la mitigación como la preparación requieren atención para evitar un aumento del hambre, la inseguridad y la migración masiva. Ahora la COP26 pretende mostrar la urgencia y las oportunidades de avanzar hacia una economía neutra en carbono; aprobar un paquete de medidas equilibrado y negociado que cumpla con el Acuerdo de París y permita avanzar hacia objetivos climáticos de la ONU; que todos los países se comprometan a las emisiones netas nulas lo antes posible realizando recortes significativos para 2030 y establecer marcos regulatorios orientados a crear entornos que fomenten las inversiones en soluciones climáticas en todos los sectores; ayudar a las sociedades y economías a adaptarse al cambio climático, especialmente a las más vulnerables para garantizar una transición justa.

Además, se ha expresado que será fundamental sustituir las fuentes de energía contaminantes por sistemas energéticos limpios, aprovechando la oportunidad que ofrece la rápida caída de los costos de las renovables y el almacenamiento energético; hacer la transición hacia el transporte sin emisiones de carbono eliminando gradualmente los motores de gasolina y diésel. Para que esto sea posible se requiere un acuerdo entre las naciones sobre financiamiento climático. En otras palabras, es imprescindible la transformación verde del sistema financiero, de manera que todos los países puedan impulsar inversiones limpias y resilientes. La joven activista sueca Greta Thunberg dijo: "Las personas más afectadas en las áreas más afectadas todavía no se escuchan, y las voces de las generaciones futuras se están ahogando en su lavado verde y en palabras y promesas vacías", refiriéndose a los acuerdos propuestos en el COP26. A ella se sumaron otras voces también de jóvenes como Ina-María Shikongo, de FFF África, quien llamó la atención sobre la destrucción causada por las compañías petroleras en el continente africano. Varios grupos indígenas, incluidos los de comunidades de Brasil, Guatemala y México, también se manifestaron como protectores de los ecosistemas del mundo.

Para los jóvenes y así debería ser para muchos adultos, sobre todo para los gobernantes, es necesaria una visión distinta respecto al cambio climático. Todos deberían enfocar sus esfuerzos hacia el mismo objetivo. La acción climática se ha convertido en parte fundamental de los planes de recuperación tras la pandemia del Covid-19. Una recuperación verde que crea empleos sostenibles y que aborda los desafíos vinculados a la salud pública, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad de cara a proteger el medio ambiente para las generaciones futuras.

¿Choque de generaciones o diferentes perspectivas sobre el cambio climático? “Se estima que 25 mil manifestantes, muchos de los cuales eran niños y jóvenes, se reunieron en el centro de la ciudad de Glasgow el viernes (5 de noviembre) para pedir a los líderes privilegiados y poderosos dentro de los pasillos de COP26, que actúen más rápido sobre la crisis climática”, comenta Louise Boyle.

¿Cómo discutir con quienes niegan el cambio climático? ¿Cómo hacer para que muchos adultos cambien de opinión respecto a este problema? El investigador y activista escocés Fraser Stewart dijo que era una falacia que a la gente de clase trabajadora no le importara la crisis climática. “La crisis climática es el mismo problema que la pobreza y la desigualdad”. La profesora Arunima Krishna, investigadora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Boston, dice: “Creo que la gente no se da cuenta de lo cerca de su casa que está el cambio climático”.

El mensaje que quisieron dejar en el COP26 los jóvenes y activistas fue llamar a la solidaridad entre ellos y los adultos, que han aceptado la desinformación sobre el clima y exigir se cumplan los acuerdos y objetivos sobre el cambio climático de la ONU. Se tiene la experiencia en 2015, en el marco de la COP21, donde los líderes mundiales aprobaron en París un acuerdo histórico para frenar el cambio climático: esencialmente se comprometieron a mantener el incremento de la temperatura media del planeta muy por debajo de los 2ºC y trabajar para limitar ese aumento a los 1,5ºC. Acordaron también intensificar los esfuerzos para adaptarse a los impactos del cambio climático y lograr que los flujos de financiación fueran consistentes con la transición hacia una economía baja en carbono y un desarrollo resiliente a dichos impactos climáticos. Hoy se comprueba que tales acuerdos no se cumplieron, así lo manifiestan los jóvenes.

El informe de las Naciones Unidas publicado la semana pasada, durante las conversaciones sobre el clima en Glasgow, señaló que los costos de adaptación en los países en desarrollo eran ahora de cinco a diez veces mayores que la cantidad actual de financiamiento público invertida. Clara Ferreira Marques, de Bloomber Opinion, comenta que la adaptación al cambio climático debe ser financiada. El calentamiento global está aquí y el mundo aún no está preparado. La necesidad de adaptarse a un clima en transformación solía verse como una distracción del objetivo más urgente de prevenir el cambio. Hoy, su clara adaptación no puede esperar más. Este año, las inundaciones, sequías, huracanes severos y el domo de calor en el noroeste del Pacífico, por nombrar solo algunos, han sido un recordatorio de que la realidad ya es cara e impredecible, y cada vez lo será más. Tanto la mitigación como la preparación requieren atención para evitar un aumento del hambre, la inseguridad y la migración masiva. Ahora la COP26 pretende mostrar la urgencia y las oportunidades de avanzar hacia una economía neutra en carbono; aprobar un paquete de medidas equilibrado y negociado que cumpla con el Acuerdo de París y permita avanzar hacia objetivos climáticos de la ONU; que todos los países se comprometan a las emisiones netas nulas lo antes posible realizando recortes significativos para 2030 y establecer marcos regulatorios orientados a crear entornos que fomenten las inversiones en soluciones climáticas en todos los sectores; ayudar a las sociedades y economías a adaptarse al cambio climático, especialmente a las más vulnerables para garantizar una transición justa.

Además, se ha expresado que será fundamental sustituir las fuentes de energía contaminantes por sistemas energéticos limpios, aprovechando la oportunidad que ofrece la rápida caída de los costos de las renovables y el almacenamiento energético; hacer la transición hacia el transporte sin emisiones de carbono eliminando gradualmente los motores de gasolina y diésel. Para que esto sea posible se requiere un acuerdo entre las naciones sobre financiamiento climático. En otras palabras, es imprescindible la transformación verde del sistema financiero, de manera que todos los países puedan impulsar inversiones limpias y resilientes. La joven activista sueca Greta Thunberg dijo: "Las personas más afectadas en las áreas más afectadas todavía no se escuchan, y las voces de las generaciones futuras se están ahogando en su lavado verde y en palabras y promesas vacías", refiriéndose a los acuerdos propuestos en el COP26. A ella se sumaron otras voces también de jóvenes como Ina-María Shikongo, de FFF África, quien llamó la atención sobre la destrucción causada por las compañías petroleras en el continente africano. Varios grupos indígenas, incluidos los de comunidades de Brasil, Guatemala y México, también se manifestaron como protectores de los ecosistemas del mundo.

Para los jóvenes y así debería ser para muchos adultos, sobre todo para los gobernantes, es necesaria una visión distinta respecto al cambio climático. Todos deberían enfocar sus esfuerzos hacia el mismo objetivo. La acción climática se ha convertido en parte fundamental de los planes de recuperación tras la pandemia del Covid-19. Una recuperación verde que crea empleos sostenibles y que aborda los desafíos vinculados a la salud pública, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad de cara a proteger el medio ambiente para las generaciones futuras.