/ viernes 27 de noviembre de 2020

Manos de Color y Sol

“Nuestros escritos no los pintamos en un papel, sino que los llevamos impresos en nuestro vestuario, en nuestras artesanías, con lo que tomamos nuestros alimentos, con lo que tomamos el agua, lo que usamos a diario, con lo que trabajamos; nosotros poseemos nuestra escritura y la portamos donde nos desplazamos, donde conversamos, donde nos encontramos…”, comenta Ildefonso Maya en nota introductoria del libro Manos de Color y Sol.

La reciente edición del citado libro se debe al xalapeño René Ramírez Ordóñez, además de ser maestro egresado de la Escuela Normal Veracruzana, Enrique C. Rébsamen; ejecutante del Ballet Folclórico Veracruz y la 1ª Compañía del Ballet Folclórico de la UV. Responsable de los Talleres Libres de Arte de la propia institución y director artístico del Ballet Folclórico de la Universidad Pedagógica Veracruzana, su entusiasmo y dedicación por coleccionar indumentaria indígena y mestiza por más de cincuenta años lo distinguen por su esmero en la investigación de los grupos étnicos que habitan este país y particularmente Veracruz, y consecuentemente, a sus trajes.

En Manos de Color y Sol “la descripción y registro de la indumentaria tradicional de Veracruz, tanto de los grupos indígenas como de los mestizos, es un tema extenso y complejo que nos conduce a las formas de vestir desde la época prehispánica hasta la actualidad, reconociendo los distintos sucesos históricos que han intervenido y delineado el carácter y el uso de la indumentaria de los pueblos”, señala el autor. La obra contiene la mayor parte de la riqueza textil que “aún elaboran y usan los hombres y mujeres” de los distintos poblados de la entidad.

De norte a sur y valiéndose de la división geográfica establecida por regiones, el libro comprende a más de treinta y tres municipios con población nahua, tepehuas, totonacos, huastecos, jarochos de San Andrés y Santiago Tuxtla y Llanuras de Sotavento.

Las magníficas fotografías de Juan Carlos Reyes Romero describen con detalle la riqueza del arte textil indígena como el quechquémitl, el huipil, el ceñidor y el enredo de las mujeres y el calzón y camisa de manta de varones todos enriquecidos con tejidos, brocados y bordados de la iconografía prehispánica. Bellas blusas bordadas de punto de cruz con hilo o chaquira; o las mangas y enredos tejidos con finos o gruesos hilos de lana teñidos con colores naturales; las brillantes telas de brocado, los encajes de blonda, los enredos de bayeta, fajas y faldas tejidas con diseños de estilizadas mariposas, estrellas, rombos concéntricos, ceñidores de palma de soyate; enaguas de enredo con pájaros, estrellas, venados, palmas, piñas, mazorcas, animales silvestres; jorongos de lana negra, blanca, gris, café. Rebozos jaspeados de algodón, mangas tejidas para los hombres, trajes de jarocha para las fiestas patronales, bailes y cabalgatas.

Esta indumentaria tradicional se enriquece con los diversos adornos que llevan principalmente las mujeres en la cabeza, collares, peinetas, coloridas trenzas, tocados vistosos para el peinado o los sombreros de palma real, morrales de fibra de zapupe para los hombres y otros atuendos corporales. El objetivo de esa colección mantiene vigente la idea y el deseo manifiesto de Ramírez Ordóñez, en el sentido de rescatar y dar a conocer estos valores culturales, pues según sus observaciones, gran parte de la sociedad no tiene conocimiento acertado de lo que es Veracruz en materia de textiles, diseños, materias primas y confección de la indumentaria tradicional.

Pero lo que más distingue a este libro de los pocos que se ocupan de esta temática, es su contribución para que volvamos la mirada a la diversidad cultural de la vestimenta tradicional veracruzana, mezcla de usanzas coloniales e indígenas que se han transmitido a través de los siglos y que cada día se ve amenazada por “ la discriminación y racismo en contra de la población indígena, motivada por una obsesión por la ‘modernidad’… Ante el acoso y presión de sus “pares”, ¿qué joven va a continuar diferenciándose a través de su vestimenta? Visto por la mayor parte de la población como “típico” o “folclórico”, ridiculizado en programas de televisión, denostado en el sistema educativo nacional”, señala Marta Turok W.

“A final de cuentas, la historia de la indumentaria indígena contemporánea habrá de aparecer como la historia de la resistencia indígena, de su lucha por conservar total o parcialmente su identidad étnica”, afirma la doctora Claude Stresser-Péan, en su libro De la vestimenta y los hombres. He ahí la necesidad de rescatar, documentalmente, el pasado y presente de la vestimenta en las culturas que han existido desde la época prehispánica, como ahora lo ha hecho René Ramírez Ordóñez.

“Nuestros escritos no los pintamos en un papel, sino que los llevamos impresos en nuestro vestuario, en nuestras artesanías, con lo que tomamos nuestros alimentos, con lo que tomamos el agua, lo que usamos a diario, con lo que trabajamos; nosotros poseemos nuestra escritura y la portamos donde nos desplazamos, donde conversamos, donde nos encontramos…”, comenta Ildefonso Maya en nota introductoria del libro Manos de Color y Sol.

La reciente edición del citado libro se debe al xalapeño René Ramírez Ordóñez, además de ser maestro egresado de la Escuela Normal Veracruzana, Enrique C. Rébsamen; ejecutante del Ballet Folclórico Veracruz y la 1ª Compañía del Ballet Folclórico de la UV. Responsable de los Talleres Libres de Arte de la propia institución y director artístico del Ballet Folclórico de la Universidad Pedagógica Veracruzana, su entusiasmo y dedicación por coleccionar indumentaria indígena y mestiza por más de cincuenta años lo distinguen por su esmero en la investigación de los grupos étnicos que habitan este país y particularmente Veracruz, y consecuentemente, a sus trajes.

En Manos de Color y Sol “la descripción y registro de la indumentaria tradicional de Veracruz, tanto de los grupos indígenas como de los mestizos, es un tema extenso y complejo que nos conduce a las formas de vestir desde la época prehispánica hasta la actualidad, reconociendo los distintos sucesos históricos que han intervenido y delineado el carácter y el uso de la indumentaria de los pueblos”, señala el autor. La obra contiene la mayor parte de la riqueza textil que “aún elaboran y usan los hombres y mujeres” de los distintos poblados de la entidad.

De norte a sur y valiéndose de la división geográfica establecida por regiones, el libro comprende a más de treinta y tres municipios con población nahua, tepehuas, totonacos, huastecos, jarochos de San Andrés y Santiago Tuxtla y Llanuras de Sotavento.

Las magníficas fotografías de Juan Carlos Reyes Romero describen con detalle la riqueza del arte textil indígena como el quechquémitl, el huipil, el ceñidor y el enredo de las mujeres y el calzón y camisa de manta de varones todos enriquecidos con tejidos, brocados y bordados de la iconografía prehispánica. Bellas blusas bordadas de punto de cruz con hilo o chaquira; o las mangas y enredos tejidos con finos o gruesos hilos de lana teñidos con colores naturales; las brillantes telas de brocado, los encajes de blonda, los enredos de bayeta, fajas y faldas tejidas con diseños de estilizadas mariposas, estrellas, rombos concéntricos, ceñidores de palma de soyate; enaguas de enredo con pájaros, estrellas, venados, palmas, piñas, mazorcas, animales silvestres; jorongos de lana negra, blanca, gris, café. Rebozos jaspeados de algodón, mangas tejidas para los hombres, trajes de jarocha para las fiestas patronales, bailes y cabalgatas.

Esta indumentaria tradicional se enriquece con los diversos adornos que llevan principalmente las mujeres en la cabeza, collares, peinetas, coloridas trenzas, tocados vistosos para el peinado o los sombreros de palma real, morrales de fibra de zapupe para los hombres y otros atuendos corporales. El objetivo de esa colección mantiene vigente la idea y el deseo manifiesto de Ramírez Ordóñez, en el sentido de rescatar y dar a conocer estos valores culturales, pues según sus observaciones, gran parte de la sociedad no tiene conocimiento acertado de lo que es Veracruz en materia de textiles, diseños, materias primas y confección de la indumentaria tradicional.

Pero lo que más distingue a este libro de los pocos que se ocupan de esta temática, es su contribución para que volvamos la mirada a la diversidad cultural de la vestimenta tradicional veracruzana, mezcla de usanzas coloniales e indígenas que se han transmitido a través de los siglos y que cada día se ve amenazada por “ la discriminación y racismo en contra de la población indígena, motivada por una obsesión por la ‘modernidad’… Ante el acoso y presión de sus “pares”, ¿qué joven va a continuar diferenciándose a través de su vestimenta? Visto por la mayor parte de la población como “típico” o “folclórico”, ridiculizado en programas de televisión, denostado en el sistema educativo nacional”, señala Marta Turok W.

“A final de cuentas, la historia de la indumentaria indígena contemporánea habrá de aparecer como la historia de la resistencia indígena, de su lucha por conservar total o parcialmente su identidad étnica”, afirma la doctora Claude Stresser-Péan, en su libro De la vestimenta y los hombres. He ahí la necesidad de rescatar, documentalmente, el pasado y presente de la vestimenta en las culturas que han existido desde la época prehispánica, como ahora lo ha hecho René Ramírez Ordóñez.