/ martes 22 de octubre de 2019

Noche de opera en Xalapa, excelsitud del espíritu

La noche del sábado pasado, 19 de octubre, disfruté un espectáculo extraordinario en la sala Tlaqná del centro cultural de la Universidad Veracruzana: Carmen, la célebre obra operística de Georges Bizet (1875), el malogrado compositor francés que lloró el fracaso de su obra en el estreno y jamás vivió el éxito universal que tendría en el futuro. La presentación fue excelsa con coreografía sencilla, pero suficiente para la sublime actuación de los cantantes actores que con sus voces nos envolvieron con el embrujo de la música como un éter invisible penetrante hasta el alma de quienes fuimos afortunados espectadores.

Esta producción, dirección y logro se debe a Armando Mora, tenor barítono xalapeño que ha dejado estela de talento en el mundo, quien también da vida a Don José, el personaje principal del drama musical, un apasionado militar despechado por Carmen, la hermosa gitana, interpretada por Gabriela Flores, mezzosoprano de voz profunda y armoniosa, mensajera de la pasión de una mujer de espíritu candente, liberal en busca del amor, desafiando a la sociedad de aquella época en Sevilla. Claraliz Mora es Micaela, lastimada por el desamor de don José. Gabriel Morera penetra en el papel de Escamilla, apuesto torero conquistador de la gitana, mujer que mueve las pasiones.

Alrededor de 100 actores participan, regalando al espectador un bagaje de emoción lleno de encanto para el espíritu. La música y coros bajo la dirección del maestro Gian Franco Marchelleti es hermosa, envuelve de emoción al público desde la apertura del escenario y, de verdad, nada pide a las orquestaciones sinfónicas de gran parte del mundo.

Cuánta alegría nos invade y, más aún, cuando al final de la presentación en bambalinas tuvimos el placer de convivir con los artistas, percibiendo su juventud, sencillez y férrea voluntad de perseguir la perfección y más triunfos para ellos, para nuestro México, Xalapa y difundirlos al mundo entero.

El éxito presenciado anoche también ha recibido un impulso esencial de la Universidad de Xalapa, institución académica pujante, de categoría de primer mundo, bajo la sabia dirección de un verdadero mesías xalapeño, doctor Carlos García Méndez, es bien sabido el apoyo que ofrece a los jóvenes valores del ámbito artístico, académico y humanista.

Da mucho gusto ser testigo de este arte y confirmar que los jóvenes tienen mucho por hacer por nuestro México, hoy inmerso en una ruta difícil e incierta en diversos caminos, pero nuestros jóvenes tienen la batuta para dirigir un hermoso destino para nuestro amado país.

hsilva_mendoza@hotmail.com

La noche del sábado pasado, 19 de octubre, disfruté un espectáculo extraordinario en la sala Tlaqná del centro cultural de la Universidad Veracruzana: Carmen, la célebre obra operística de Georges Bizet (1875), el malogrado compositor francés que lloró el fracaso de su obra en el estreno y jamás vivió el éxito universal que tendría en el futuro. La presentación fue excelsa con coreografía sencilla, pero suficiente para la sublime actuación de los cantantes actores que con sus voces nos envolvieron con el embrujo de la música como un éter invisible penetrante hasta el alma de quienes fuimos afortunados espectadores.

Esta producción, dirección y logro se debe a Armando Mora, tenor barítono xalapeño que ha dejado estela de talento en el mundo, quien también da vida a Don José, el personaje principal del drama musical, un apasionado militar despechado por Carmen, la hermosa gitana, interpretada por Gabriela Flores, mezzosoprano de voz profunda y armoniosa, mensajera de la pasión de una mujer de espíritu candente, liberal en busca del amor, desafiando a la sociedad de aquella época en Sevilla. Claraliz Mora es Micaela, lastimada por el desamor de don José. Gabriel Morera penetra en el papel de Escamilla, apuesto torero conquistador de la gitana, mujer que mueve las pasiones.

Alrededor de 100 actores participan, regalando al espectador un bagaje de emoción lleno de encanto para el espíritu. La música y coros bajo la dirección del maestro Gian Franco Marchelleti es hermosa, envuelve de emoción al público desde la apertura del escenario y, de verdad, nada pide a las orquestaciones sinfónicas de gran parte del mundo.

Cuánta alegría nos invade y, más aún, cuando al final de la presentación en bambalinas tuvimos el placer de convivir con los artistas, percibiendo su juventud, sencillez y férrea voluntad de perseguir la perfección y más triunfos para ellos, para nuestro México, Xalapa y difundirlos al mundo entero.

El éxito presenciado anoche también ha recibido un impulso esencial de la Universidad de Xalapa, institución académica pujante, de categoría de primer mundo, bajo la sabia dirección de un verdadero mesías xalapeño, doctor Carlos García Méndez, es bien sabido el apoyo que ofrece a los jóvenes valores del ámbito artístico, académico y humanista.

Da mucho gusto ser testigo de este arte y confirmar que los jóvenes tienen mucho por hacer por nuestro México, hoy inmerso en una ruta difícil e incierta en diversos caminos, pero nuestros jóvenes tienen la batuta para dirigir un hermoso destino para nuestro amado país.

hsilva_mendoza@hotmail.com