/ martes 1 de octubre de 2019

Nostalgia por el Xalapa que perdimos

Abrí un ejemplar de “Nostalgias de Xalapa”, mi libro que se presentó en el xalapeñísimo “Casino Jalapeño” hace más de tres años, lo leí en mi amado libro, disfruté esas vivencias recreando la nostalgia de una época, una ciudad y una gente, crisol de mis recuerdos de infancia y juventud. Aquel fue un día inolvidable, la sala pletórica, el ambiente cálido de xalapeños esperando la presentación del libelo, amigos amantes de mi ciudad me brindan su estimación preclara, que es recíproca.

Fueron 500 ejemplares, se vendieron 230 obsequié 30 y quedaron 240, descansando hoy en un rincón de la recámara de quien fue un ser humano recuerdo de amor y honestidad en mi conciencia y ahí están bien, por ahora.

“Nostalgias de Xalapa” es la sinopsis de una obra escrita poco a poco, durante más de 60 años en forma de Diario personal y un buen día re capitulé, ordené por fechas y se creó el libro. Contiene lo escrito en el final de mi infancia, juventud y desde el principio de la madurez, en papeles de estraza, libretas de tareas, máquina Remington y mi Lap top Mac, que tan laborioso me fue entenderla y usarla con propiedad, cuestión generacional.

Después de leer con la tranquilidad la noche y emocionarme con lo salido de mi espíritu y plasmado en las páginas de “Nostalgias de Xalapa”, mis ojos se humedecieron y mi pensamiento voló a las épocas recreadas en mis letras, una ciudad de Xalapa perdida para siempre que los jóvenes y los no tanto de hoy no se imaginan que existió.

En 1958 Xalapa era tranquila, caminábamos en Enríquez, saludábamos al gobernador quien se sentaba en el Emir o en el cafecito de enfrente a tomar café, era gentil con quien a él se acercaba. Los xalapeños esperábamos ansiosos el anuncio de la película de estreno en Tecnicolor anunciada para el domingo en el “glamoroso” cine Radio, el mejor de los dos de la ciudad, para llegar temprano a la taquillas haciendo “cola” que solía llegar a la esquina de Primo Verdad y Enríquez, donde encontrábamos casi a todos los amigos de la Prepa y del barrio, armándose cada domingo una tertulia callejera inolvidable.

Al salir del cine, la niebla invadía calles y arboleda del parque Juárez, los xalapeños dábamos vueltas piropeando a las doncellas. Ahí nacieron muchos romances, algunas parejas hoy son abuelos y otros amores se diluyeron en el tiempo. Caminábamos la calle de Enríquez hasta que la oscuridad nos ahuyentaba. La reseña del carnaval, el jolgorio de Enríquez donde conocimos y platicamos con artistas famosos que venían a la coronación de los reyes de la fiesta, la algarabía juvenil en el “Emir”” y el parque Juárez no se olvida, era un estallido popular jamás igualado y se fue para siempre. Esto y mucho más dejé plasmado en ese amado libro.

“Nostalgias de Xalapa” les invita a que vayan a “La rueca de Gandhi” en la esquina de Xalapeños Ilustres e Insurgentes, llévense un ejemplar. Quizá a los jóvenes de hoy no les interesa el pasado xalapeño, pero a sus abuelos les hará recordar una época inolvidable de un Xalapa que no volverá. Este libro tiene el objeto de que conozcan y recuerden el bucólico y provinciano Xalapa de ayer, convertido hoy en un ensueño para quienes la conocimos.

hsilva_mendoza@hotmail.com


Abrí un ejemplar de “Nostalgias de Xalapa”, mi libro que se presentó en el xalapeñísimo “Casino Jalapeño” hace más de tres años, lo leí en mi amado libro, disfruté esas vivencias recreando la nostalgia de una época, una ciudad y una gente, crisol de mis recuerdos de infancia y juventud. Aquel fue un día inolvidable, la sala pletórica, el ambiente cálido de xalapeños esperando la presentación del libelo, amigos amantes de mi ciudad me brindan su estimación preclara, que es recíproca.

Fueron 500 ejemplares, se vendieron 230 obsequié 30 y quedaron 240, descansando hoy en un rincón de la recámara de quien fue un ser humano recuerdo de amor y honestidad en mi conciencia y ahí están bien, por ahora.

“Nostalgias de Xalapa” es la sinopsis de una obra escrita poco a poco, durante más de 60 años en forma de Diario personal y un buen día re capitulé, ordené por fechas y se creó el libro. Contiene lo escrito en el final de mi infancia, juventud y desde el principio de la madurez, en papeles de estraza, libretas de tareas, máquina Remington y mi Lap top Mac, que tan laborioso me fue entenderla y usarla con propiedad, cuestión generacional.

Después de leer con la tranquilidad la noche y emocionarme con lo salido de mi espíritu y plasmado en las páginas de “Nostalgias de Xalapa”, mis ojos se humedecieron y mi pensamiento voló a las épocas recreadas en mis letras, una ciudad de Xalapa perdida para siempre que los jóvenes y los no tanto de hoy no se imaginan que existió.

En 1958 Xalapa era tranquila, caminábamos en Enríquez, saludábamos al gobernador quien se sentaba en el Emir o en el cafecito de enfrente a tomar café, era gentil con quien a él se acercaba. Los xalapeños esperábamos ansiosos el anuncio de la película de estreno en Tecnicolor anunciada para el domingo en el “glamoroso” cine Radio, el mejor de los dos de la ciudad, para llegar temprano a la taquillas haciendo “cola” que solía llegar a la esquina de Primo Verdad y Enríquez, donde encontrábamos casi a todos los amigos de la Prepa y del barrio, armándose cada domingo una tertulia callejera inolvidable.

Al salir del cine, la niebla invadía calles y arboleda del parque Juárez, los xalapeños dábamos vueltas piropeando a las doncellas. Ahí nacieron muchos romances, algunas parejas hoy son abuelos y otros amores se diluyeron en el tiempo. Caminábamos la calle de Enríquez hasta que la oscuridad nos ahuyentaba. La reseña del carnaval, el jolgorio de Enríquez donde conocimos y platicamos con artistas famosos que venían a la coronación de los reyes de la fiesta, la algarabía juvenil en el “Emir”” y el parque Juárez no se olvida, era un estallido popular jamás igualado y se fue para siempre. Esto y mucho más dejé plasmado en ese amado libro.

“Nostalgias de Xalapa” les invita a que vayan a “La rueca de Gandhi” en la esquina de Xalapeños Ilustres e Insurgentes, llévense un ejemplar. Quizá a los jóvenes de hoy no les interesa el pasado xalapeño, pero a sus abuelos les hará recordar una época inolvidable de un Xalapa que no volverá. Este libro tiene el objeto de que conozcan y recuerden el bucólico y provinciano Xalapa de ayer, convertido hoy en un ensueño para quienes la conocimos.

hsilva_mendoza@hotmail.com