/ martes 8 de octubre de 2019

Diabetes letal, desconocida por el diabético

La Federación Internacional de Diabetes reportó que en el año 2000 había en el mundo 162 millones de diabéticos y esperaba que para 2030 llegará a 339 millones y en 2040 más de 420 millones. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de México publicó en 2016 que los diabéticos eran alrededor de 12 millones, el 10% de la población en el país.

La diabetes tipo I, que aparece en edades tempranas, generalmente antes de los 20 años de edad y se debe a la nula producción de insulina en el páncreas. En diabetes tipo II, más frecuente en adultos, la generación de insulina es pobre, además existe resistencia a esta hormona y su captación y utilización por los tejidos corporales es deficiente. Ambos tipos tienen una carga genética documentada.

La diabetes es conocida por la humanidad desde tiempos inmemoriales. En Los Vedas (la Verdad) literatura hindú de 6000 años antes Cristo, se encuentran descripciones claras de esta enfermedad. En el Papiro de Ebers, documento egipcio de más de 1500 años antes de Cristo, encontrado en Tebas en 1862, hay descripción genial de los dos tipos de diabetes, por Súsruta, médico de aquella lejana época.

Si la diabetes mellitus es antigua y la medicina moderna conoce los antecedentes genéticos, biología molecular, inmunología y recursos terapéuticos obtenidos mediante ingeniería genética, ¿por qué hoy es problema de salud mundial. ¿Pues porque los diabéticos, en general, son indiferentes ante su padecimiento, no siguen un régimen equilibrado de alimentación, no vigilan su peso corporal, no toman los medicamentos, no estipulan regularidad y no conocen a su enfermedad porque no se interesan en saber de ella.

El ser humano, en cuanto se sabe diabético, debe diseñar su nuevo estilo de vida; bajar de peso con dieta balanceada y cumplirla, hacer ejercicio treinta minutos, cuando menos tres veces a la semana, vigilar periódicamente su glucosa y colesterol sanguíneos. Recordar que cargan a un enemigo taimado en sus entrañas que les deja hacer lo que quieran, al fin y al cabo cobrará réditos jugosos. Esas medidas simples a los diabéticos les parecen un maratón en empedrado de subida que se resisten a emprender.

El diabético empieza a preocuparse cuando aparecen síntomas de la polineuritis visceral y periférica, daño tardío por hipertensión causante de insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal, lo hincha, debilita y le da una vida sin calidad, no digna de vivirse.

La glucosa elevada es solo uno de los múltiples signos de esa enfermedad incurable, pero controlable, progresiva pero contenible y es mortal a largo plazo, si el diabético se lo permite. Si usted sufre diabetes será para siempre, pero descobíjese de su oneroso manto y enfréntela conociéndola a fondo desde el mismo día en que la diagnostiquen. No sea irresponsable arquitecto de su propio destino de sufrimiento y muerte.

Son necesarios centros de Educación en diabetes en nuestro país, popular en muchas partes del mundo, desconocidos en México.

hsilva_mendoza@hotmail.com

La Federación Internacional de Diabetes reportó que en el año 2000 había en el mundo 162 millones de diabéticos y esperaba que para 2030 llegará a 339 millones y en 2040 más de 420 millones. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de México publicó en 2016 que los diabéticos eran alrededor de 12 millones, el 10% de la población en el país.

La diabetes tipo I, que aparece en edades tempranas, generalmente antes de los 20 años de edad y se debe a la nula producción de insulina en el páncreas. En diabetes tipo II, más frecuente en adultos, la generación de insulina es pobre, además existe resistencia a esta hormona y su captación y utilización por los tejidos corporales es deficiente. Ambos tipos tienen una carga genética documentada.

La diabetes es conocida por la humanidad desde tiempos inmemoriales. En Los Vedas (la Verdad) literatura hindú de 6000 años antes Cristo, se encuentran descripciones claras de esta enfermedad. En el Papiro de Ebers, documento egipcio de más de 1500 años antes de Cristo, encontrado en Tebas en 1862, hay descripción genial de los dos tipos de diabetes, por Súsruta, médico de aquella lejana época.

Si la diabetes mellitus es antigua y la medicina moderna conoce los antecedentes genéticos, biología molecular, inmunología y recursos terapéuticos obtenidos mediante ingeniería genética, ¿por qué hoy es problema de salud mundial. ¿Pues porque los diabéticos, en general, son indiferentes ante su padecimiento, no siguen un régimen equilibrado de alimentación, no vigilan su peso corporal, no toman los medicamentos, no estipulan regularidad y no conocen a su enfermedad porque no se interesan en saber de ella.

El ser humano, en cuanto se sabe diabético, debe diseñar su nuevo estilo de vida; bajar de peso con dieta balanceada y cumplirla, hacer ejercicio treinta minutos, cuando menos tres veces a la semana, vigilar periódicamente su glucosa y colesterol sanguíneos. Recordar que cargan a un enemigo taimado en sus entrañas que les deja hacer lo que quieran, al fin y al cabo cobrará réditos jugosos. Esas medidas simples a los diabéticos les parecen un maratón en empedrado de subida que se resisten a emprender.

El diabético empieza a preocuparse cuando aparecen síntomas de la polineuritis visceral y periférica, daño tardío por hipertensión causante de insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal, lo hincha, debilita y le da una vida sin calidad, no digna de vivirse.

La glucosa elevada es solo uno de los múltiples signos de esa enfermedad incurable, pero controlable, progresiva pero contenible y es mortal a largo plazo, si el diabético se lo permite. Si usted sufre diabetes será para siempre, pero descobíjese de su oneroso manto y enfréntela conociéndola a fondo desde el mismo día en que la diagnostiquen. No sea irresponsable arquitecto de su propio destino de sufrimiento y muerte.

Son necesarios centros de Educación en diabetes en nuestro país, popular en muchas partes del mundo, desconocidos en México.

hsilva_mendoza@hotmail.com