/ viernes 22 de octubre de 2021

Rébsamen y el centenario de la SEP

El 25 de julio de 1921, el presidente Álvaro Obregón decretó la creación de la Secretaría de Educación Pública, medida que fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados. Posteriormente, el 3 de octubre del mismo año el decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

A cien años de la fundación hay que tomar en cuenta que con su establecimiento “se materializó el “Artículo 3° constitucional sobre la educación laica, gratuita, obligatoria, inclusiva, pública y universal, toda vez que la anterior Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, no tenía las funciones, la cobertura a nivel federal, ni la responsabilidad de impartir educación básica estaba dispersa, recae principalmente en las autoridades locales y municipales”.

“Encomiar a la SEP es celebrar la educación pública en México y sus resultados. Previo a la creación de la secretaría, en 1920, el analfabetismo en México superaba el 66 por ciento de la población; existían alrededor de 11 mil escuelas públicas, aproximadamente 800 mil alumnos y menos de 10 mil maestros en todo el país”, subraya Luis Humberto Fernández Fuentes. Estas eran las condiciones que prevalecían en México, sin embargo, haber superado muchas de ellas no solo se debe a los gobernantes y secretarios de Educación, sino también a los maestros. Y de manera especial a los teóricos de la educación y pedagogos que con sus ideas y conocimientos contribuyeron al desarrollo de las corrientes pedagógicas e intentaron explicar cómo aprendemos o cómo llegamos a adquirir el saber.

Al evaluar el nacimiento de la actual Secretaría de Educación no se puede permanecer ajeno a las experiencias educativas del siglo XIX que se dieron en México y menos a la influencia de Pestalozzi, Herbart, Froebel, Bell, Lancaster, por citar algunos pedagogos, cuyos trabajos produjeron una verdadera revolución estableciendo como ideal de la educación el desenvolvimiento armónico de la vida intelectual, física, ética y estética en el niño.

Cómo olvidar los trabajos de los dos Congresos Nacionales de Instrucción Pública de 1889-1890 y 1890-1891, presididos por Justo Sierra, “para crear debidamente el sistema educativo nacional”. “Los resultados principales de implementación fueron: normales y zonas de inspección estatales, elaboración de libros de texto, prácticas de maestros, leyes de instrucción y construcción de escuelas”. La reforma educativa llevada a la práctica en Veracruz por Laubscher y Rébsamen fue guía en los congresos que señalaron el camino a seguir en la República entera, dice Ángel J. Hermida Ruiz. Los resultados deben ser considerados como actos fundamentales de las relaciones intergubernamentales entre la Federación y los estados, apunta el investigador Joel Mendoza Ruiz, de la Universidad Autónoma del Estado de México.

En Veracruz fue Rébsamen, de ideas liberales, quien participó en los dos congresos, educador innovador, pionero de la reforma educativa promovida por Juárez, difusor de nuevos conceptos pedagógicos; fundador, promotor y escritor de la revista México Intelectual; autor del método Rébsamen de escritura y lectura y su Guía metodológica de amplia difusión nacional; creador de la Guía metodológica para la enseñanza de la historia, publicada a fines de 1890, “que surgió con el propósito de redactar guías sobre las nuevas técnicas pedagógicas y que contribuyeron a la unidad nacional”. Además de director de la Escuela Normal Veracruzana, fungió como director de la Enseñanza Normal en el Distrito Federal y coadyuvó en los trabajos para la aplicación de la reforma de la escuela elemental en Oaxaca, Jalisco y Guanajuato.

A propósito de los 100 años de la SEP, cabe rescatar unas afirmaciones de Rébsamen que trascienden las fronteras de su época: “La mejor organización escolar no es ciertamente aquella que traza el teórico a priori en su gabinete de estudios, por amplios que sean sus horizontes intelectuales y vastos sus conocimientos científicos; la mejor organización es aquella que resulta de una evolución lenta, de continuas depuraciones y bien meditados cambios, que nace de la experiencia misma”. Dada su formación pedagógica, expresó: ¿Cómo hemos de educar a nuestros hijos? “Mucho, muchísimo depende en este asunto de la casa paterna, pero quizás más aún de la escuela y del maestro. La enseñanza que recibe el niño en la escuela tiene en su mayoría de los casos una influencia decisiva sobre su porvenir. Tenedlo presente, maestros, y formad hombres del presente y no del pasado”.

Y concluye expresando: “No debe el maestro ponerse al servicio de determinado partido político, religioso o social, sino guardar la mayor imparcialidad y predicar la verdadera tolerancia”. Todo al tiempo.

El 25 de julio de 1921, el presidente Álvaro Obregón decretó la creación de la Secretaría de Educación Pública, medida que fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados. Posteriormente, el 3 de octubre del mismo año el decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

A cien años de la fundación hay que tomar en cuenta que con su establecimiento “se materializó el “Artículo 3° constitucional sobre la educación laica, gratuita, obligatoria, inclusiva, pública y universal, toda vez que la anterior Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, no tenía las funciones, la cobertura a nivel federal, ni la responsabilidad de impartir educación básica estaba dispersa, recae principalmente en las autoridades locales y municipales”.

“Encomiar a la SEP es celebrar la educación pública en México y sus resultados. Previo a la creación de la secretaría, en 1920, el analfabetismo en México superaba el 66 por ciento de la población; existían alrededor de 11 mil escuelas públicas, aproximadamente 800 mil alumnos y menos de 10 mil maestros en todo el país”, subraya Luis Humberto Fernández Fuentes. Estas eran las condiciones que prevalecían en México, sin embargo, haber superado muchas de ellas no solo se debe a los gobernantes y secretarios de Educación, sino también a los maestros. Y de manera especial a los teóricos de la educación y pedagogos que con sus ideas y conocimientos contribuyeron al desarrollo de las corrientes pedagógicas e intentaron explicar cómo aprendemos o cómo llegamos a adquirir el saber.

Al evaluar el nacimiento de la actual Secretaría de Educación no se puede permanecer ajeno a las experiencias educativas del siglo XIX que se dieron en México y menos a la influencia de Pestalozzi, Herbart, Froebel, Bell, Lancaster, por citar algunos pedagogos, cuyos trabajos produjeron una verdadera revolución estableciendo como ideal de la educación el desenvolvimiento armónico de la vida intelectual, física, ética y estética en el niño.

Cómo olvidar los trabajos de los dos Congresos Nacionales de Instrucción Pública de 1889-1890 y 1890-1891, presididos por Justo Sierra, “para crear debidamente el sistema educativo nacional”. “Los resultados principales de implementación fueron: normales y zonas de inspección estatales, elaboración de libros de texto, prácticas de maestros, leyes de instrucción y construcción de escuelas”. La reforma educativa llevada a la práctica en Veracruz por Laubscher y Rébsamen fue guía en los congresos que señalaron el camino a seguir en la República entera, dice Ángel J. Hermida Ruiz. Los resultados deben ser considerados como actos fundamentales de las relaciones intergubernamentales entre la Federación y los estados, apunta el investigador Joel Mendoza Ruiz, de la Universidad Autónoma del Estado de México.

En Veracruz fue Rébsamen, de ideas liberales, quien participó en los dos congresos, educador innovador, pionero de la reforma educativa promovida por Juárez, difusor de nuevos conceptos pedagógicos; fundador, promotor y escritor de la revista México Intelectual; autor del método Rébsamen de escritura y lectura y su Guía metodológica de amplia difusión nacional; creador de la Guía metodológica para la enseñanza de la historia, publicada a fines de 1890, “que surgió con el propósito de redactar guías sobre las nuevas técnicas pedagógicas y que contribuyeron a la unidad nacional”. Además de director de la Escuela Normal Veracruzana, fungió como director de la Enseñanza Normal en el Distrito Federal y coadyuvó en los trabajos para la aplicación de la reforma de la escuela elemental en Oaxaca, Jalisco y Guanajuato.

A propósito de los 100 años de la SEP, cabe rescatar unas afirmaciones de Rébsamen que trascienden las fronteras de su época: “La mejor organización escolar no es ciertamente aquella que traza el teórico a priori en su gabinete de estudios, por amplios que sean sus horizontes intelectuales y vastos sus conocimientos científicos; la mejor organización es aquella que resulta de una evolución lenta, de continuas depuraciones y bien meditados cambios, que nace de la experiencia misma”. Dada su formación pedagógica, expresó: ¿Cómo hemos de educar a nuestros hijos? “Mucho, muchísimo depende en este asunto de la casa paterna, pero quizás más aún de la escuela y del maestro. La enseñanza que recibe el niño en la escuela tiene en su mayoría de los casos una influencia decisiva sobre su porvenir. Tenedlo presente, maestros, y formad hombres del presente y no del pasado”.

Y concluye expresando: “No debe el maestro ponerse al servicio de determinado partido político, religioso o social, sino guardar la mayor imparcialidad y predicar la verdadera tolerancia”. Todo al tiempo.