/ domingo 23 de agosto de 2020

Televisión educativa en México

Para situarnos en el complejo sistema de televisión educativa en México es importante considerar su contexto geográfico, económico y social.

La SEP tiene amplios antecedentes en la televisión educativa no solo “como un apoyo didáctico, también como un instrumento pedagógico de enseñanza y aprendizaje dentro de las diferentes estructuras curriculares de alguno de los planes, modalidades o niveles educativos que existen en el país”, comenta Emilio Cárdenas. Desde los años 60 surge la telesecundaria y posteriormente la UTE (Unidad de Televisión Educativa). A partir de 1997 la telesecundaria transmitió simultáneamente a través de los canales 9 de Televisa, 7 de Televisión Azteca y los oficiales 10 y 17.

En los ochenta inició la teleprimaria y en 1971 se crea la Televisión Rural de México (TRM). En 1983 nace el Instituto Mexicano de Televisión. A ello hay que agregar los programas televisivos de divulgación del Conacyt y del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE). Los antecedentes de las relaciones con el sector privado no son recientes. En los años 60, Televisa apoyó en sus primeras emisiones a la UNAM.

Con estos precedentes la pregunta es ¿por qué no se ha creado un modelo mexicano de televisión educativa y con él una institución responsable de la investigación y documentación de las aplicaciones a la educación de las nuevas tecnologías de la comunicación e información?

Pareciera que la televisión educativa no ha estado incluida en la política educativa, a pesar de la necesidad e importancia de ésta. El Instituto Mexicano de Televisión (Imevisión), que pudo cubrir esa carencia, fue privatizado y el gobierno tuvo que recurrir a los sistemas televisivos privados para la producción, transmisión y comercialización de programas educativos.

En el caso de la televisión educativa se debe partir de un proyecto planeado, con objetivos claros y visibles de acuerdo con las condiciones sociales, económicas y políticas del país. Si el gobierno federal y las autoridades educativas hubieran actuado con responsabilidad para impulsar la televisión educativa, la experiencia lograda en los proyectos descritos facilitaría una nueva visión que tiene que ver con el sentido educativo del uso de la televisión o de los demás medios. Así cuando se hable de “comunicación educativa” se debe hacer referencia al uso didáctico de medios y programas cuyo objetivo es educar.

Hoy que sufrimos la pandemia y el reto de educar a 30 millones de estudiantes se recurre nuevamente a las viejas prácticas de sumar los canales privados. El ciclo escolar 2020-2021 en educación básica será a distancia. Los canales privados se encargarán de la producción y transmisión y la SEP de planificar y diseñar los contenidos de los programas educativos. “La SEP define y es responsable de todos y cada uno de los contenidos; los medios, llámese televisión, radio o internet, solamente transmiten”, indicó el secretario de Educación Pública.

Esteban Moctezuma Barragán también dijo que los conductores estarán en vivo junto con los maestros para ayudar en las clases, mientras que los guiones de los programas se están haciendo en conjunto con gente que sabe de televisión.

Para Sylvia I. Schmelkes del Valle, “el sistema educativo mexicano se caracteriza por tener serios problemas de efectividad institucional, calidad de los resultados y equidad en el acceso, permanencia y logro educativo, donde los contextos socioeconómico y cultural, así como las disparidades sociales, son factores que explican rendimientos académicos diferenciados entre los estudiantes”.

Aprende en Casa II no es la mejor respuesta.

Para situarnos en el complejo sistema de televisión educativa en México es importante considerar su contexto geográfico, económico y social.

La SEP tiene amplios antecedentes en la televisión educativa no solo “como un apoyo didáctico, también como un instrumento pedagógico de enseñanza y aprendizaje dentro de las diferentes estructuras curriculares de alguno de los planes, modalidades o niveles educativos que existen en el país”, comenta Emilio Cárdenas. Desde los años 60 surge la telesecundaria y posteriormente la UTE (Unidad de Televisión Educativa). A partir de 1997 la telesecundaria transmitió simultáneamente a través de los canales 9 de Televisa, 7 de Televisión Azteca y los oficiales 10 y 17.

En los ochenta inició la teleprimaria y en 1971 se crea la Televisión Rural de México (TRM). En 1983 nace el Instituto Mexicano de Televisión. A ello hay que agregar los programas televisivos de divulgación del Conacyt y del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE). Los antecedentes de las relaciones con el sector privado no son recientes. En los años 60, Televisa apoyó en sus primeras emisiones a la UNAM.

Con estos precedentes la pregunta es ¿por qué no se ha creado un modelo mexicano de televisión educativa y con él una institución responsable de la investigación y documentación de las aplicaciones a la educación de las nuevas tecnologías de la comunicación e información?

Pareciera que la televisión educativa no ha estado incluida en la política educativa, a pesar de la necesidad e importancia de ésta. El Instituto Mexicano de Televisión (Imevisión), que pudo cubrir esa carencia, fue privatizado y el gobierno tuvo que recurrir a los sistemas televisivos privados para la producción, transmisión y comercialización de programas educativos.

En el caso de la televisión educativa se debe partir de un proyecto planeado, con objetivos claros y visibles de acuerdo con las condiciones sociales, económicas y políticas del país. Si el gobierno federal y las autoridades educativas hubieran actuado con responsabilidad para impulsar la televisión educativa, la experiencia lograda en los proyectos descritos facilitaría una nueva visión que tiene que ver con el sentido educativo del uso de la televisión o de los demás medios. Así cuando se hable de “comunicación educativa” se debe hacer referencia al uso didáctico de medios y programas cuyo objetivo es educar.

Hoy que sufrimos la pandemia y el reto de educar a 30 millones de estudiantes se recurre nuevamente a las viejas prácticas de sumar los canales privados. El ciclo escolar 2020-2021 en educación básica será a distancia. Los canales privados se encargarán de la producción y transmisión y la SEP de planificar y diseñar los contenidos de los programas educativos. “La SEP define y es responsable de todos y cada uno de los contenidos; los medios, llámese televisión, radio o internet, solamente transmiten”, indicó el secretario de Educación Pública.

Esteban Moctezuma Barragán también dijo que los conductores estarán en vivo junto con los maestros para ayudar en las clases, mientras que los guiones de los programas se están haciendo en conjunto con gente que sabe de televisión.

Para Sylvia I. Schmelkes del Valle, “el sistema educativo mexicano se caracteriza por tener serios problemas de efectividad institucional, calidad de los resultados y equidad en el acceso, permanencia y logro educativo, donde los contextos socioeconómico y cultural, así como las disparidades sociales, son factores que explican rendimientos académicos diferenciados entre los estudiantes”.

Aprende en Casa II no es la mejor respuesta.