/ domingo 24 de marzo de 2024

Caminos, brechas y destinos comunes

Hipotéticamente podemos imaginar por un momento que el ejército yanqui cruza la frontera hacia México, y en un asalto relámpago se apodera de los estados fronterizos, declarando que tal acción es en nombre de la seguridad global, nacional y de la protección de nosotros mismos como mexicanos.

Nueve de cada Díez mexicanos estaríamos en contra, y por supuesto en pie de lucha contra el imperio gringo, e inmediatamente varios países latinos apoyarían con todo nuestra defensa ante el atropello brutal, ya que si tocan a México, tocarán a cualquier otro país ubicado en centro y Sudamérica; siendo nuestro ejército unos de los 5 más poderosos en la región.

Está de moda crear conflictos por intereses geopolíticos, pero básicamente por intereses económicos; al estado de Israel le quedaron a deber muchas vidas, dinero, descalabros, en el genocidio más grande de la historia, la existencia de un estado judío es una necesidad reivindicatoria de los derechos humanos, de los adeudos históricos con los pueblos vilipendiados, degradados, marginados; y sin embargo la guerra continua allá en oriente medio, ello expone las fallas de la diplomacia, de un internacionalismo insoluble, de fanatismos antropófagos, de sed de venganzas múltiples, de aliancismos inútiles y convenencieros.

Todos sabemos que en grande medida somos el resultado de un mestizaje y una conquista salvaje, la cual hizo tanto el bien como el mal casi absoluto, ya que España ardía en deseos por saquear y atracar las riquezas del llamado “Nuevo mundo”. El país ibérico debe contar con mucha gente mayormente capacitada para entender el adeudo histórico que aún tienen para con México, aunque sea de una forma moral, y no debemos pedir clemencia, México es muy superior a España en la actualidad, los papeles se han invertido, y su ridícula monarquía es un desastre desaseado de una imagen de la realeza venida a menos; en la solvencia política del capitalismo a ciegas, hoy queda en mero entredicho, más vale refundar la equidad y la justicia. Ya no recuerdan la terrible dictadura de Francisco Franco, que acribilló a su propio pueblo, con la ayuda de los aviones Stuka del entonces régimen despótico del Nazismo; aquí la salvajada del dictador también denotó su cobardía, ya que siempre mantuvo un balance neutral en la guerra, le gustaba ser ayudado pero no cooperar con su aliado y homólogo alemán Adolfo Hitler; esto es un rasgo distintivo en ciertos gobiernícolas sólo convenencieros.

Hoy España camina de rodillas en su economía, atrás han quedado los años de gloria y admiración al tonito de hablar arrastrando la lengua para parecer Gallego.

Viene a cuenta esto, ya que debemos de mirar más hacia el interior y los intereses de México; el ciudadano común sólo quiere lo básico: comida, servicios asistenciales, gasolina a un precio más accesible, más respeto al ciudadano promedio, menor burocratismo en ciertos y variados asuntos; cohabitamos en una misma patria, territorio, lenguaje, dialectos que son idiomas, pero nos hemos dividido por preferencias de corte político electoral; no segreguemos por colores. La política debe ser la participación razonada apegada a los resultados sociales, a la inclusión en la diversidad, y nos pasamos de tolerantes, por no decir otra cosa.

Inmersos vamos en elecciones importantes; no dividamos más, vamos a votar, porque lo esencial es el “destino común de todo México”. Usted tiene la palabra, y además la elección en sus manos.

Hipotéticamente podemos imaginar por un momento que el ejército yanqui cruza la frontera hacia México, y en un asalto relámpago se apodera de los estados fronterizos, declarando que tal acción es en nombre de la seguridad global, nacional y de la protección de nosotros mismos como mexicanos.

Nueve de cada Díez mexicanos estaríamos en contra, y por supuesto en pie de lucha contra el imperio gringo, e inmediatamente varios países latinos apoyarían con todo nuestra defensa ante el atropello brutal, ya que si tocan a México, tocarán a cualquier otro país ubicado en centro y Sudamérica; siendo nuestro ejército unos de los 5 más poderosos en la región.

Está de moda crear conflictos por intereses geopolíticos, pero básicamente por intereses económicos; al estado de Israel le quedaron a deber muchas vidas, dinero, descalabros, en el genocidio más grande de la historia, la existencia de un estado judío es una necesidad reivindicatoria de los derechos humanos, de los adeudos históricos con los pueblos vilipendiados, degradados, marginados; y sin embargo la guerra continua allá en oriente medio, ello expone las fallas de la diplomacia, de un internacionalismo insoluble, de fanatismos antropófagos, de sed de venganzas múltiples, de aliancismos inútiles y convenencieros.

Todos sabemos que en grande medida somos el resultado de un mestizaje y una conquista salvaje, la cual hizo tanto el bien como el mal casi absoluto, ya que España ardía en deseos por saquear y atracar las riquezas del llamado “Nuevo mundo”. El país ibérico debe contar con mucha gente mayormente capacitada para entender el adeudo histórico que aún tienen para con México, aunque sea de una forma moral, y no debemos pedir clemencia, México es muy superior a España en la actualidad, los papeles se han invertido, y su ridícula monarquía es un desastre desaseado de una imagen de la realeza venida a menos; en la solvencia política del capitalismo a ciegas, hoy queda en mero entredicho, más vale refundar la equidad y la justicia. Ya no recuerdan la terrible dictadura de Francisco Franco, que acribilló a su propio pueblo, con la ayuda de los aviones Stuka del entonces régimen despótico del Nazismo; aquí la salvajada del dictador también denotó su cobardía, ya que siempre mantuvo un balance neutral en la guerra, le gustaba ser ayudado pero no cooperar con su aliado y homólogo alemán Adolfo Hitler; esto es un rasgo distintivo en ciertos gobiernícolas sólo convenencieros.

Hoy España camina de rodillas en su economía, atrás han quedado los años de gloria y admiración al tonito de hablar arrastrando la lengua para parecer Gallego.

Viene a cuenta esto, ya que debemos de mirar más hacia el interior y los intereses de México; el ciudadano común sólo quiere lo básico: comida, servicios asistenciales, gasolina a un precio más accesible, más respeto al ciudadano promedio, menor burocratismo en ciertos y variados asuntos; cohabitamos en una misma patria, territorio, lenguaje, dialectos que son idiomas, pero nos hemos dividido por preferencias de corte político electoral; no segreguemos por colores. La política debe ser la participación razonada apegada a los resultados sociales, a la inclusión en la diversidad, y nos pasamos de tolerantes, por no decir otra cosa.

Inmersos vamos en elecciones importantes; no dividamos más, vamos a votar, porque lo esencial es el “destino común de todo México”. Usted tiene la palabra, y además la elección en sus manos.