/ jueves 5 de agosto de 2021

En el hoy, en el ahora

El vivir por unidades, el agrupar la cadencia de nuestro tiempo, el refugiarse en ese recurso llamado cronos, titulado vida. Pasado, presente y futuro, como cambios mentales de velocidad nos impelen a diferentes tipos conductuales, debemos elegir lo constructivo.

Pasamos por una nueva realidad que sin mayor preámbulo nos somete a pruebas, estas son de todo tipo, sea en el aspecto emocional, económico, de salud mental y orgánica, y en aspectos tan sutiles que en muchas ocasiones no nos percatamos de ello.

Una perspectiva adicional es el querer juzgar a los demás desde la propia condicionalidad humana del individuo, es decir al racionalizar que nuestro mundo es el único que existe y por el cual deberían, o debieran racionalizarse todas las ideas, las demás personas, y hasta los pensamientos en lo general.

En verdad que aburrido sería un mundo así, monótono, una vida plana y aburrida, o en su extremo una existencia negativa, estresante, frustrante, encasillada, aislada, estrecha, y de la cual las derivaciones serían emociones negativas y en nada vinculativas para un desenvolvimiento equilibrado (lo más posible) en sociedad, pero en especial con uno mismo.

Quiero pensar que estando uno mismo bien consigo mismo, lo demás que va girando en torno a uno, se podrá mejorar en un ámbito vivencial el cual siempre será impredecible.

Aparejado a nuestra lucha cotidiana encontramos la realidad maciza de una sociedad sin saciedad, si la salud mental es correspondiente a la salud orgánica y social, entonces a cada cual debe corresponder un aporte a otra onda expansiva que se cierne sobre nosotros.

Celos, ira, depresión, ansiedad, preocupación, incertidumbre, vaya, vaya, parece que estamos jugando a la lotería y vamos llenando nuestras casillas correspondientes sin salirnos de nuestras casillas. Debemos apuntar que nuestras sensaciones no son hechos plausibles, ni concretos, ya que estas derivan de nuestras neurosis, sí todos somos en mayor o menor medida neuróticos, y los factores desencadenantes de cuadros palpables de alta neurosis, tienen mucho que ver con nuestro contexto psico-emocional, ambiental, relacional, económico. Y el posible error es buscar mucha seguridad para uno mismo y las personas de nuestro entorno común, pero mientras más se insiste en tal postura, más se pierde dicha seguridad, por lo contrario se engendra inseguridad y males emocionales.

En todo ser humano hay fluidos químicos, impulsos eléctricos, procesos químicos como la digestión en el estómago, o la sinapsis en las redes neuronales del cerebro, pero no todo es material, también existe la parte afectiva, la emocionalidad que nos define como personas, individuos, y la personalidad es quizá en ocasiones una mera careta. Siendo Ludwig Krehl, fundador de la escuela de medicina de Heildelberg, quien introdujo por vez primera el concepto de personalidad en el estudio clínico del comportamiento humano.

Hoy y ahora, nos adaptamos a un mundo amplísimo e irónicamente muy estrecho, debido ello al flagelo que ha creado el mayor fenómeno disruptivo en todo el orbe. Adonde viva usted, le deseo trate al igual que su persona a todo ser humano con positividad, empatía, ánimo. No somos perfectos ni uno solo, pero hoy y ahora hay mayor necesidad de unificarnos para no atropellarnos, contribuyamos sólo por hoy en el ahora.

El vivir por unidades, el agrupar la cadencia de nuestro tiempo, el refugiarse en ese recurso llamado cronos, titulado vida. Pasado, presente y futuro, como cambios mentales de velocidad nos impelen a diferentes tipos conductuales, debemos elegir lo constructivo.

Pasamos por una nueva realidad que sin mayor preámbulo nos somete a pruebas, estas son de todo tipo, sea en el aspecto emocional, económico, de salud mental y orgánica, y en aspectos tan sutiles que en muchas ocasiones no nos percatamos de ello.

Una perspectiva adicional es el querer juzgar a los demás desde la propia condicionalidad humana del individuo, es decir al racionalizar que nuestro mundo es el único que existe y por el cual deberían, o debieran racionalizarse todas las ideas, las demás personas, y hasta los pensamientos en lo general.

En verdad que aburrido sería un mundo así, monótono, una vida plana y aburrida, o en su extremo una existencia negativa, estresante, frustrante, encasillada, aislada, estrecha, y de la cual las derivaciones serían emociones negativas y en nada vinculativas para un desenvolvimiento equilibrado (lo más posible) en sociedad, pero en especial con uno mismo.

Quiero pensar que estando uno mismo bien consigo mismo, lo demás que va girando en torno a uno, se podrá mejorar en un ámbito vivencial el cual siempre será impredecible.

Aparejado a nuestra lucha cotidiana encontramos la realidad maciza de una sociedad sin saciedad, si la salud mental es correspondiente a la salud orgánica y social, entonces a cada cual debe corresponder un aporte a otra onda expansiva que se cierne sobre nosotros.

Celos, ira, depresión, ansiedad, preocupación, incertidumbre, vaya, vaya, parece que estamos jugando a la lotería y vamos llenando nuestras casillas correspondientes sin salirnos de nuestras casillas. Debemos apuntar que nuestras sensaciones no son hechos plausibles, ni concretos, ya que estas derivan de nuestras neurosis, sí todos somos en mayor o menor medida neuróticos, y los factores desencadenantes de cuadros palpables de alta neurosis, tienen mucho que ver con nuestro contexto psico-emocional, ambiental, relacional, económico. Y el posible error es buscar mucha seguridad para uno mismo y las personas de nuestro entorno común, pero mientras más se insiste en tal postura, más se pierde dicha seguridad, por lo contrario se engendra inseguridad y males emocionales.

En todo ser humano hay fluidos químicos, impulsos eléctricos, procesos químicos como la digestión en el estómago, o la sinapsis en las redes neuronales del cerebro, pero no todo es material, también existe la parte afectiva, la emocionalidad que nos define como personas, individuos, y la personalidad es quizá en ocasiones una mera careta. Siendo Ludwig Krehl, fundador de la escuela de medicina de Heildelberg, quien introdujo por vez primera el concepto de personalidad en el estudio clínico del comportamiento humano.

Hoy y ahora, nos adaptamos a un mundo amplísimo e irónicamente muy estrecho, debido ello al flagelo que ha creado el mayor fenómeno disruptivo en todo el orbe. Adonde viva usted, le deseo trate al igual que su persona a todo ser humano con positividad, empatía, ánimo. No somos perfectos ni uno solo, pero hoy y ahora hay mayor necesidad de unificarnos para no atropellarnos, contribuyamos sólo por hoy en el ahora.