/ lunes 11 de junio de 2018

En un año valoraremos al perínclito presidente

He sido testigo del devenir político de mi país durante sesenta años, y la elección presidencial nunca había sido tan polémica y apasionante.

Hoy la contienda por la presidencia es feroz, Meade, López y Anaya no se tienen piedad. Los tres tienen un extenso “talón de Aquiles”

José Antonio Meade es un académico serio, dedicado a la enseñanza universitaria, titular en cinco secretarias de estado en dos sexenios de partidos distintos, llegó a la candidatura sin experiencia en lides partidistas declarándose sin filiación, empezó la campaña hablando con mesura, como se habla en aulas pero ahora sale con chamarra roja, color del PRI, habla engolando voz y actitud como los lideres experimentados hablando a sus “atraídos”, ya es franco priista, no comunica certeza, ni convence, es pre fabricado.

Ricardo Anaya, joven impetuoso, emparentado con personajes grises del pasado político de México, no vaciló en enfrentarse a toda costa a correligionarios de su partido para surgir como candidato, es acusado de corrupción por compra obscura fraudulenta y para la ciudadanía no queda clara su inocencia, factor de riesgo para un triunfo indiscutible.

López obrador el puntero, ofrece al pueblo una cantidad inverosímil de prebendas (beneficio lucrativo y poco trabajoso); 13 mil pesos al mes por familia y hay 33 millones de familias en nuestro país (INEG, 2016); ¿de dónde saldrá ese dinero? Abolir exámenes de admisión a universidades, atiborrará aulas con elementos sin vocación, derogar la certificación académica de la multitud de maestros que han hecho de las suyas con la educación en nuestro país. Suspenderá la construcción del aeropuerto, fuente de empleos, echando a tierra millones de inversión ya efectuada y se enfrenta a empresarios prominentes porque para él son represores de los pueblos y parece que su intención es concentrar el odio popular en ellos. Aunque sean creadores de muchos empleos y oficios, divide claramente a los mexicanos; ricos contra pobres, no tiene la menor tendencia de unir. Grita a cuatro vientos su deseo de pasar a la historia al lado de Juárez, Cárdenas. En entrevista televisiva soslayó que “no se cree Jesús, pero si algo parecido”, “es cristiano porque compromete su vida con los pobres hasta ser perseguido por los poderosos” Hay en este caballero un mesianismo populista con deseo de obtener poder absoluto. “Para él el pueblo es la plaza pública abarrotada por el conjuro de su llamado”. Ha afirmado su acendrado interés por México y Tabasco, dejándonos la impresión de que el mundo exterior no es algo preocupante para él y ahora lucha personalmente por obtener mayoría en el congreso. Páginas históricas describen el peligro del poder absoluto depositado en un solo hombre.

Como simple ciudadano emito mi opinión, compartida por muchos ciudadanos. Igual que ellos, amo a mi país y no espero polémica, no me inclino aun por ningún candidato, estoy preocupado. Va a ganar quien el pueblo elija y esperemos en un año poder escribir con optimismo, habiendo sido testigos de lo que haya hecho el perínclito elegido.

hsilva_mendoza@hotmail.com

He sido testigo del devenir político de mi país durante sesenta años, y la elección presidencial nunca había sido tan polémica y apasionante.

Hoy la contienda por la presidencia es feroz, Meade, López y Anaya no se tienen piedad. Los tres tienen un extenso “talón de Aquiles”

José Antonio Meade es un académico serio, dedicado a la enseñanza universitaria, titular en cinco secretarias de estado en dos sexenios de partidos distintos, llegó a la candidatura sin experiencia en lides partidistas declarándose sin filiación, empezó la campaña hablando con mesura, como se habla en aulas pero ahora sale con chamarra roja, color del PRI, habla engolando voz y actitud como los lideres experimentados hablando a sus “atraídos”, ya es franco priista, no comunica certeza, ni convence, es pre fabricado.

Ricardo Anaya, joven impetuoso, emparentado con personajes grises del pasado político de México, no vaciló en enfrentarse a toda costa a correligionarios de su partido para surgir como candidato, es acusado de corrupción por compra obscura fraudulenta y para la ciudadanía no queda clara su inocencia, factor de riesgo para un triunfo indiscutible.

López obrador el puntero, ofrece al pueblo una cantidad inverosímil de prebendas (beneficio lucrativo y poco trabajoso); 13 mil pesos al mes por familia y hay 33 millones de familias en nuestro país (INEG, 2016); ¿de dónde saldrá ese dinero? Abolir exámenes de admisión a universidades, atiborrará aulas con elementos sin vocación, derogar la certificación académica de la multitud de maestros que han hecho de las suyas con la educación en nuestro país. Suspenderá la construcción del aeropuerto, fuente de empleos, echando a tierra millones de inversión ya efectuada y se enfrenta a empresarios prominentes porque para él son represores de los pueblos y parece que su intención es concentrar el odio popular en ellos. Aunque sean creadores de muchos empleos y oficios, divide claramente a los mexicanos; ricos contra pobres, no tiene la menor tendencia de unir. Grita a cuatro vientos su deseo de pasar a la historia al lado de Juárez, Cárdenas. En entrevista televisiva soslayó que “no se cree Jesús, pero si algo parecido”, “es cristiano porque compromete su vida con los pobres hasta ser perseguido por los poderosos” Hay en este caballero un mesianismo populista con deseo de obtener poder absoluto. “Para él el pueblo es la plaza pública abarrotada por el conjuro de su llamado”. Ha afirmado su acendrado interés por México y Tabasco, dejándonos la impresión de que el mundo exterior no es algo preocupante para él y ahora lucha personalmente por obtener mayoría en el congreso. Páginas históricas describen el peligro del poder absoluto depositado en un solo hombre.

Como simple ciudadano emito mi opinión, compartida por muchos ciudadanos. Igual que ellos, amo a mi país y no espero polémica, no me inclino aun por ningún candidato, estoy preocupado. Va a ganar quien el pueblo elija y esperemos en un año poder escribir con optimismo, habiendo sido testigos de lo que haya hecho el perínclito elegido.

hsilva_mendoza@hotmail.com