/ jueves 8 de abril de 2021

Factores de la actualidad

Yendo por los actuales senderos se avizora la expectativa de la participación ciudadana en todos los ámbitos del quehacer social, ello impele a la reflexión y a la mesura.

Actualmente hemos topado con un mundo agreste, diferente y extremadamente impredecible, lo cual significa un grave deterioro para los países con mayores brechas en la desigualdad social, que involucra el derecho al trabajo, a la no intromisión del Estado en la estabilidad y seguridad de los trabajadores, así como en otros aspectos relevantes, que en nuestro caso aquí en México viene pegando con el alza al costo de las gasolinas, ya que no se necesita ser un avezado economista para saber que dichos incrementos, aparentemente especulativos, han iniciado una escalada de precios en todos los productos de consumo.

El gobierno federal ha dicho que revisará a los empresarios gasolineros al respecto y en el mejor de los casos se esperaría un decremento en los precios de las gasolinas, ya que son el insumo de infinidad de productos que se transportan a los principales centros de abasto, distribución y hasta especulación de costos de los mismos.

¿A qué aspira el ciudadano promedio? A la estabilidad y respeto en su trabajo, a los servicios de salud que imparten las instituciones del mismo sector, a un mejor balance y distribución del ingreso per cápita, a que no suban costos los empresarios a los servicios del transporte urbano, a transitar con cierta tranquilidad en la vía pública, sin verse vulnerados por asaltantes y pandilleros, a que crezcan sus hijos con educación pública accesible.

Y el magisterio, a que se le tome más en cuenta en las decisiones sociales y públicas, a que se sepa que la gran mayoría percibe sueldos ínfimos, o de regular para arriba, y en estos contextos emerge la figura de los sindicatos, los cuales es su deber defender el interés laboral y patrimonial de sus representados, de tal forma que la escuela, los administradores y aquellos que guardan mucho tiempo en el servicio, se les considere como parte esencial del desarrollo del país, que si bien no somos perfectos, sí a grandes rasgos entendemos el compromiso social para con los mayormente desprotegidos.

Hablando con cierta filosofía, la condición humana ha sido siempre variable, voluble y plegable, por no decir volátil, y de tal forma la caracterología y la reactividad de los individuos, grupos y sociedades de personas, hacemos una gran diferenciación en cuanto a nuestra opinión. Mucho depende del lugar que ocupemos en la pirámide social de la vida, la economía, el acceso a servicios de diversa índole, pero sobre todo, a nuestra noción de justicia y prédica de la misma, ante una actualidad inherente y muy propia de toda sociedad que desea acrecentar sus expectativas de bienestar y desarrollo en libertad.

Retomo la expresión del presidente López Obrador: “Prohibido prohibir”, la cual quiero entenderla, sin poner palabras en su boca, como una vocación de libertad, tolerancia y desarrollo justiciero, sin atropello a la libertad o injerencias a la vida de las personas y sus propios intereses.

Los partidos políticos, ciudadanía y árbitros electorales seremos los protagonistas a considerar en las urnas y sus resultados; no perdamos de vista los factores imbuidos.

Yendo por los actuales senderos se avizora la expectativa de la participación ciudadana en todos los ámbitos del quehacer social, ello impele a la reflexión y a la mesura.

Actualmente hemos topado con un mundo agreste, diferente y extremadamente impredecible, lo cual significa un grave deterioro para los países con mayores brechas en la desigualdad social, que involucra el derecho al trabajo, a la no intromisión del Estado en la estabilidad y seguridad de los trabajadores, así como en otros aspectos relevantes, que en nuestro caso aquí en México viene pegando con el alza al costo de las gasolinas, ya que no se necesita ser un avezado economista para saber que dichos incrementos, aparentemente especulativos, han iniciado una escalada de precios en todos los productos de consumo.

El gobierno federal ha dicho que revisará a los empresarios gasolineros al respecto y en el mejor de los casos se esperaría un decremento en los precios de las gasolinas, ya que son el insumo de infinidad de productos que se transportan a los principales centros de abasto, distribución y hasta especulación de costos de los mismos.

¿A qué aspira el ciudadano promedio? A la estabilidad y respeto en su trabajo, a los servicios de salud que imparten las instituciones del mismo sector, a un mejor balance y distribución del ingreso per cápita, a que no suban costos los empresarios a los servicios del transporte urbano, a transitar con cierta tranquilidad en la vía pública, sin verse vulnerados por asaltantes y pandilleros, a que crezcan sus hijos con educación pública accesible.

Y el magisterio, a que se le tome más en cuenta en las decisiones sociales y públicas, a que se sepa que la gran mayoría percibe sueldos ínfimos, o de regular para arriba, y en estos contextos emerge la figura de los sindicatos, los cuales es su deber defender el interés laboral y patrimonial de sus representados, de tal forma que la escuela, los administradores y aquellos que guardan mucho tiempo en el servicio, se les considere como parte esencial del desarrollo del país, que si bien no somos perfectos, sí a grandes rasgos entendemos el compromiso social para con los mayormente desprotegidos.

Hablando con cierta filosofía, la condición humana ha sido siempre variable, voluble y plegable, por no decir volátil, y de tal forma la caracterología y la reactividad de los individuos, grupos y sociedades de personas, hacemos una gran diferenciación en cuanto a nuestra opinión. Mucho depende del lugar que ocupemos en la pirámide social de la vida, la economía, el acceso a servicios de diversa índole, pero sobre todo, a nuestra noción de justicia y prédica de la misma, ante una actualidad inherente y muy propia de toda sociedad que desea acrecentar sus expectativas de bienestar y desarrollo en libertad.

Retomo la expresión del presidente López Obrador: “Prohibido prohibir”, la cual quiero entenderla, sin poner palabras en su boca, como una vocación de libertad, tolerancia y desarrollo justiciero, sin atropello a la libertad o injerencias a la vida de las personas y sus propios intereses.

Los partidos políticos, ciudadanía y árbitros electorales seremos los protagonistas a considerar en las urnas y sus resultados; no perdamos de vista los factores imbuidos.