/ viernes 19 de enero de 2018

La promesa fallida de cambio

Ricardo Castillo, profesor de la George Washington University y experto en campañas políticas, ha publicado recientemente un artículo donde señala la palabra “cambio” como la herramienta discursiva que será más utilizada en México durante el proceso electoral de 2018. Si bien la promesa de cambio será una constante en los discursos políticos, es importante revisar los antecedentes de aquellos que aspiran a ser elegidos para un cargo público.

En octubre de 2017 Ricardo Anaya, hoy candidato a la presidencia de México por el PAN, señaló que la prioridad de su partido era terminar con la corrupción y la impunidad, así como con los privilegios y la desigualdad. Sin embargo, el cambio que propone el candidato Anaya pierde consistencia cuando se revisan sus antecedentes personales. En el propio 2017 una investigación periodística de El Universal publicó el crecimiento desmedido de la fortuna de Anaya, la cual al día de hoy es valuada en 308 millones de pesos únicamente en propiedades.

En Veracruz la situación es aún más preocupante ya que el cambio ha sido a la inversa. De una situación de corrupción, impunidad y violencia, pasamos a la ausencia total de gobierno con una narco-insurgencia que tiene secuestrada a la ciudadanía. En 2016 Miguel Ángel Yunes Linares llegó al poder por medio de la denuncia y condena al gobierno corrupto de Javier Duarte. Ante la violencia que se registraba en ese año, el hoy gobernador prometió acabar con la inseguridad en seis meses.

El corolario de la tragedia es el siguiente, del día que tomó posesión hasta el día de hoy los secuestros han aumentado en 500%; 2017 fue el año con más homicidios en la historia del estado; Veracruz se encuentra en los primeros lugares en extorsión, robo con violencia y feminicidios en el país.

El caso de Morena es interesante no sólo por su promesa de cambio, sino por la misma narrativa que manejan. Es común encontrar promocionales con la leyenda “Morena es Andrés Manuel López Obrador”. A pesar de este tipo de publicidad que posiciona a la figura única, se deben revisar las trayectorias y resultados de los 3 mil 406 candidatos de Morena que contendrán por algún cargo público. Sin caer en el terreno vago de la especulación, el peligro para México y la amenaza del populismo, es importante mencionar algunos casos como Cuitláhuac García en Veracruz y Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México. Ambos han sido electos previamente y sus resultados de gobierno distan mucho de la promesa de cambio que dice representar López Obrador.

Sheinbaum fue delegada en Tlalpan, donde el nivel de ingreso económico por familia sigue siendo medio bajo, los niveles de violencia han aumentado durante los últimos años, y recientemente la otrora delegada fuera vinculada a escándalos de corrupción en el manejo de uso de suelos y derechos de construcción. En Veracruz la situación es la misma. Cuitláhuac García fue electo diputado federal, periodo en que ha solicitado licencia dos veces en menos de dos años para postularse a gobernador. En todo ese tiempo ha presentado menos de ocho iniciativas, un promedio de 600 mil pesos por cada iniciativa propuesta si consideramos su sueldo de 148 mil pesos mensuales.

Si el cambio que promueve López Obrador con Morena es verdadero deberíamos preguntarle a Cuitláhuac y a Sheinbaum por qué renunciaron a la posibilidad de otorgarle un gobierno más justo e igualitario al pueblo, por qué tuvieron un ejercicio del poder tan limitado, por no decir mediocre.

@samuelferrerm

Ricardo Castillo, profesor de la George Washington University y experto en campañas políticas, ha publicado recientemente un artículo donde señala la palabra “cambio” como la herramienta discursiva que será más utilizada en México durante el proceso electoral de 2018. Si bien la promesa de cambio será una constante en los discursos políticos, es importante revisar los antecedentes de aquellos que aspiran a ser elegidos para un cargo público.

En octubre de 2017 Ricardo Anaya, hoy candidato a la presidencia de México por el PAN, señaló que la prioridad de su partido era terminar con la corrupción y la impunidad, así como con los privilegios y la desigualdad. Sin embargo, el cambio que propone el candidato Anaya pierde consistencia cuando se revisan sus antecedentes personales. En el propio 2017 una investigación periodística de El Universal publicó el crecimiento desmedido de la fortuna de Anaya, la cual al día de hoy es valuada en 308 millones de pesos únicamente en propiedades.

En Veracruz la situación es aún más preocupante ya que el cambio ha sido a la inversa. De una situación de corrupción, impunidad y violencia, pasamos a la ausencia total de gobierno con una narco-insurgencia que tiene secuestrada a la ciudadanía. En 2016 Miguel Ángel Yunes Linares llegó al poder por medio de la denuncia y condena al gobierno corrupto de Javier Duarte. Ante la violencia que se registraba en ese año, el hoy gobernador prometió acabar con la inseguridad en seis meses.

El corolario de la tragedia es el siguiente, del día que tomó posesión hasta el día de hoy los secuestros han aumentado en 500%; 2017 fue el año con más homicidios en la historia del estado; Veracruz se encuentra en los primeros lugares en extorsión, robo con violencia y feminicidios en el país.

El caso de Morena es interesante no sólo por su promesa de cambio, sino por la misma narrativa que manejan. Es común encontrar promocionales con la leyenda “Morena es Andrés Manuel López Obrador”. A pesar de este tipo de publicidad que posiciona a la figura única, se deben revisar las trayectorias y resultados de los 3 mil 406 candidatos de Morena que contendrán por algún cargo público. Sin caer en el terreno vago de la especulación, el peligro para México y la amenaza del populismo, es importante mencionar algunos casos como Cuitláhuac García en Veracruz y Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México. Ambos han sido electos previamente y sus resultados de gobierno distan mucho de la promesa de cambio que dice representar López Obrador.

Sheinbaum fue delegada en Tlalpan, donde el nivel de ingreso económico por familia sigue siendo medio bajo, los niveles de violencia han aumentado durante los últimos años, y recientemente la otrora delegada fuera vinculada a escándalos de corrupción en el manejo de uso de suelos y derechos de construcción. En Veracruz la situación es la misma. Cuitláhuac García fue electo diputado federal, periodo en que ha solicitado licencia dos veces en menos de dos años para postularse a gobernador. En todo ese tiempo ha presentado menos de ocho iniciativas, un promedio de 600 mil pesos por cada iniciativa propuesta si consideramos su sueldo de 148 mil pesos mensuales.

Si el cambio que promueve López Obrador con Morena es verdadero deberíamos preguntarle a Cuitláhuac y a Sheinbaum por qué renunciaron a la posibilidad de otorgarle un gobierno más justo e igualitario al pueblo, por qué tuvieron un ejercicio del poder tan limitado, por no decir mediocre.

@samuelferrerm