/ viernes 29 de marzo de 2019

Revocación de mandato sin demagogia

En los próximos días se estarán discutiendo en el Senado de la República las modificaciones constitucionales que crean la figura del referéndum de revocación de mandato. La revocación de mandato implica que la ciudadanía tendrá la capacidad, a través de una consulta popular, de votar sobre la destitución o continuidad del presidente en turno.

La aprobación de un referéndum de revocación de mandato en México no es algo menor. En un sistema donde la figura del Ejecutivo federal cuenta con capacidades meta-constitucionales para decidir sobre la vida pública de los otros poderes de la unión, quitar y poner jueces y magistrados, y llamar a cuentas a diversos miembros de la sociedad civil, es de celebrar que se generen mecanismos democráticos para equilibrar la balanza del poder político.

Desde la sociedad civil debemos pedirles a los senadores de la República revisen a profundidad las modificaciones constitucionales que dan forma a la revocación de mandato. Sobre todo porque preocupan tres características del dictamen que se discute en el Senado y que parecieran tienen más que ver con el empoderamiento de la clase gobernante, y no con el beneficio de una democracia más participativa.

1.- El presidente no debe tener la atribución de convocar a su propio referéndum de revocación de mandato. Como ya se dijo antes, en un país donde el presidente tiene todas las atribuciones, no debería de tener una más. Mucho menos cuando esta atribución implica la continuidad o no de su encargo.

2.- Pedirle a la ciudadanía que reúna las firmas del 3% de la lista nominal para poder convocar al referéndum de revocación de mandato limita el derecho universal de la sociedad a participar en los procesos electivos del país. Tan sólo para crear un Partido Político Nacional se necesita el 0.26% de la lista nominal. En este caso sería más fácil cumplir con el requisito para crear hasta 12 partidos políticos nuevos en México que poder convocar desde la ciudadanía al referéndum de revocación de mandato.

3.- El referéndum de revocación del mandato presidencial no puede ser el mismo día que la elección a diputados federales. Realizar ambos procesos en la misma fecha implicaría tener al presidente de la República utilizando los recursos públicos para ponderar los resultados de su gobierno en los días previos al referéndum, al mismo tiempo que los candidatos del partido político del presidente hacen campaña rumbo a la elección federal.

Es evidente que el referéndum de revocación es necesario para mejorar la vida política del país. Que no se diluya el mecanismo democrático en la demagogia y la simulación. Se ha dado un gran paso al integrar la revocación del mandato a la constitución. Que los senadores vayan a fondo y consoliden este gran cambio. Revocación sin demagogia.


@samuelferrerm

En los próximos días se estarán discutiendo en el Senado de la República las modificaciones constitucionales que crean la figura del referéndum de revocación de mandato. La revocación de mandato implica que la ciudadanía tendrá la capacidad, a través de una consulta popular, de votar sobre la destitución o continuidad del presidente en turno.

La aprobación de un referéndum de revocación de mandato en México no es algo menor. En un sistema donde la figura del Ejecutivo federal cuenta con capacidades meta-constitucionales para decidir sobre la vida pública de los otros poderes de la unión, quitar y poner jueces y magistrados, y llamar a cuentas a diversos miembros de la sociedad civil, es de celebrar que se generen mecanismos democráticos para equilibrar la balanza del poder político.

Desde la sociedad civil debemos pedirles a los senadores de la República revisen a profundidad las modificaciones constitucionales que dan forma a la revocación de mandato. Sobre todo porque preocupan tres características del dictamen que se discute en el Senado y que parecieran tienen más que ver con el empoderamiento de la clase gobernante, y no con el beneficio de una democracia más participativa.

1.- El presidente no debe tener la atribución de convocar a su propio referéndum de revocación de mandato. Como ya se dijo antes, en un país donde el presidente tiene todas las atribuciones, no debería de tener una más. Mucho menos cuando esta atribución implica la continuidad o no de su encargo.

2.- Pedirle a la ciudadanía que reúna las firmas del 3% de la lista nominal para poder convocar al referéndum de revocación de mandato limita el derecho universal de la sociedad a participar en los procesos electivos del país. Tan sólo para crear un Partido Político Nacional se necesita el 0.26% de la lista nominal. En este caso sería más fácil cumplir con el requisito para crear hasta 12 partidos políticos nuevos en México que poder convocar desde la ciudadanía al referéndum de revocación de mandato.

3.- El referéndum de revocación del mandato presidencial no puede ser el mismo día que la elección a diputados federales. Realizar ambos procesos en la misma fecha implicaría tener al presidente de la República utilizando los recursos públicos para ponderar los resultados de su gobierno en los días previos al referéndum, al mismo tiempo que los candidatos del partido político del presidente hacen campaña rumbo a la elección federal.

Es evidente que el referéndum de revocación es necesario para mejorar la vida política del país. Que no se diluya el mecanismo democrático en la demagogia y la simulación. Se ha dado un gran paso al integrar la revocación del mandato a la constitución. Que los senadores vayan a fondo y consoliden este gran cambio. Revocación sin demagogia.


@samuelferrerm