Las enchiladas suizas son copia de lo nuestro, pero las hamburguesas son demasiado gringas. En la gastronomía también encontramos la diferencia cultural entre un pueblo y otro.
Dos millones de kilómetros cuadrados de la superficie territorial mexicana nos fueron arrebatados en guerras graduales y bajo diversos pretextos por el entonces ejército yanqui. Hoy esos territorios están poblados, en su mayoría, por latinos y mexicanos, la lectura es que las minorías aparentes han hecho la diferencia en la elección renuente en la apreciación de Donald Trump. Recuerdo al pato Donald y sus tremendos berrinches; el señor Trump lo ejemplifica de forma magistral. Si bien dice que hubo un supuesto fraude electoral, no es en nada creíble, ya que el control gubernamental lo tuvo él durante toda la jornada electoral, convirtiéndola en una elección de Estado.
El triunfo de Joe Biden es resultado de la suma de sus improperios, enojos, berrinches, pero también la inconformidad de las pequeñas minorías subestimadas por Trump. Desde que se trepó al tren del poder se le aflojó de más la boca, situación que no aplicó con el líder de Corea del Norte, a sabiendas del alcance nuclear de ese país. Ahora, enchiladas contra hamburguesas, en tal analogía la diferencia está en el detalle. Prudentemente, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado que se hagan pelotas en EU; en teoría es lo correcto, en derecho igual, ya que Trump ha pretendido judicializar el proceso llevándolo a los tribunales, algo nunca antes visto, inédito dentro de la Unión Americana.
Acá en México es impugnable casi cualquier tipo de proceso electoral. Si usted o un servidor nos lanzamos a la conquista de un cargo público y el resultado no resulta favorable a nuestro interés, podemos impugnarlo, hacer tiempo con ello y quizá negociar algún otro cargo, sin embargo, los factores imbuidos en el proceso electoral del vecino país han rebasado a la fuerza acumulada del estado de sujeción política del partido republicano.
Biden es un político de bajo perfil que ha prometido una mejor apertura para con México. Incluso llamó mucho mi atención que Joe Biden hace algún tiempo estuvo en la CdMx, donde llevó un ramo de flores al santuario de nuestra amada Virgen de Guadalupe, pues profesa el catolicismo. En momentos en los cuales jamás él se imaginó ser candidato a la presidencia de su patria, lo hizo muy en secreto, no quiso atraer reflectores. Ello demuestra que el senador por Delawere, segundo a bordo en el gobierno de Barack Obama, es un hombre incluyente, sencillo, afectuoso y entendido de la lectura política de la pluralidad.
Hoy sabemos que Joe Biden ha ampliado su ventaja electoral sobre don berrinches. Así el señor Trump, que pretendía dividir al electorado, confundirlo y polarizar las elecciones, tendrá que dialogar con el demócrata. En enero del próximo año Trump dejará el poder y se mudará de la Casa Blanca, dejando atrás una estela de odios, rencores y divisiones internas, que tendrán que ser subsanadas por el bien de toda América.
