/ jueves 13 de mayo de 2021

Magisterio e identidad

Desde mi ingreso a las labores educativas, el 22 de noviembre de 1990, no sólo me he percatado de mi evolución, sino además de muchos aspectos que involucran a la política educativa.

El primer paso lo di en la Escuela Normal Veracruzan “Enrique C. Rébsamen”, y debo confesar que en el momento no valoré mi lugar obtenido a pulso en un arduo examen de ingreso, la generación 1986-1990 se le tituló “Piolines”, en recuerdo a un distinguido maestro que ahí laboró. Había sólo dos opciones: licenciatura en primaria y preescolar; egresé de primaria.

Con muy buena fortuna me asignaron una plaza cerca de esta capital, eso sí, había que caminar 45 minutos hacia arriba a paso veloz, llegar a la comunidad y secarme el sudor con una toalla. De regreso hacía 30 minutos en aquellas escarpadas colinas del municipio de Acajete, de ahí abordar un camión de segunda clase hacia Xalapa; conocí a dentistas y de otras carreras que les habían dado plaza en primarias, o en su caso cubrían algún tipo de interinato.

Posteriormente me acercan a Xalapa con 10 horas semana/mes; mucho tiempo después se me ayudó en la asignación de otras horas, que posteriormente el SUTSEM, sindicato al cual pertenezco, habría de realizar un trámite de compactación de las mismas. Cada empleado del ámbito educativo es un pequeño o un gran libro de experiencias, talentos, temas, trámites, evoluciones, obstáculos, criterios y aportaciones. Las discrepancias se deben a las divisiones de criterios sindicalistas, aquí en el estado de Veracruz podemos mencionar a la poderosa sección 32 del SNTE, la cual aglutina a personal federal de la educación, y los estatales más notorios son la sección 56 del SNTE, el SETSE, SUTSEM, SDTEV, SITEV.

Pero también existen los pequeños sindicatos que se aglutinan y forman una fuerza en su conjunto bastante notoria, actualmente existe la A.C. Nueva Vía Magisterial, encabezada por el profesor Juan Delfino Molina, la cual asiste a pensionados y jubilados en nuestro estado, también a personal activo y que se concatena con varios otros sindicatos menores.

El magisterio es libre para que proyectemos nuestra propia identidad, lo negativo resulta a veces cuando algún líder se propone llegar a un cargo público de elección popular, o ya sea como le sucedió a uno que se coaligó con un exgobernador, con la promesa de ungirlo como futuro diputado plurinominal, sin embargo, esto nunca sucedió, ya que tal exmandatario perdería la elección en urnas. Aquí lo que puede perder a cualquier dirigencia es la fatal ambición de un poder de mucho protagonismo, y de más poder fuera del ámbito sindical y magisterial. El poder puede corromper a casi cualquiera, cuando se convierte en mera obsesión.

Un ejemplo proverbial lo encarnó la profesional de la medicina en Italia, la médico María Montessori, que en su momento impactó al mundo con su pedagogía; ahora es sólo un referente. Aquí en México la obra de Pablo Latapí, Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez e innumerables próceres de la educación forjarían nuestro carácter y estilo en el derecho a la libertad de catedra. Pero la tarea prosigue y la innovación también, a lo cual nuestra identidad magisterial deberá ser renovada en la actualidad, y este 15 de mayo se verá el mayor reconocimiento al arduo trabajo magisterial en todos los niveles educativos y en la justicia laboral por el gremio.

Desde mi ingreso a las labores educativas, el 22 de noviembre de 1990, no sólo me he percatado de mi evolución, sino además de muchos aspectos que involucran a la política educativa.

El primer paso lo di en la Escuela Normal Veracruzan “Enrique C. Rébsamen”, y debo confesar que en el momento no valoré mi lugar obtenido a pulso en un arduo examen de ingreso, la generación 1986-1990 se le tituló “Piolines”, en recuerdo a un distinguido maestro que ahí laboró. Había sólo dos opciones: licenciatura en primaria y preescolar; egresé de primaria.

Con muy buena fortuna me asignaron una plaza cerca de esta capital, eso sí, había que caminar 45 minutos hacia arriba a paso veloz, llegar a la comunidad y secarme el sudor con una toalla. De regreso hacía 30 minutos en aquellas escarpadas colinas del municipio de Acajete, de ahí abordar un camión de segunda clase hacia Xalapa; conocí a dentistas y de otras carreras que les habían dado plaza en primarias, o en su caso cubrían algún tipo de interinato.

Posteriormente me acercan a Xalapa con 10 horas semana/mes; mucho tiempo después se me ayudó en la asignación de otras horas, que posteriormente el SUTSEM, sindicato al cual pertenezco, habría de realizar un trámite de compactación de las mismas. Cada empleado del ámbito educativo es un pequeño o un gran libro de experiencias, talentos, temas, trámites, evoluciones, obstáculos, criterios y aportaciones. Las discrepancias se deben a las divisiones de criterios sindicalistas, aquí en el estado de Veracruz podemos mencionar a la poderosa sección 32 del SNTE, la cual aglutina a personal federal de la educación, y los estatales más notorios son la sección 56 del SNTE, el SETSE, SUTSEM, SDTEV, SITEV.

Pero también existen los pequeños sindicatos que se aglutinan y forman una fuerza en su conjunto bastante notoria, actualmente existe la A.C. Nueva Vía Magisterial, encabezada por el profesor Juan Delfino Molina, la cual asiste a pensionados y jubilados en nuestro estado, también a personal activo y que se concatena con varios otros sindicatos menores.

El magisterio es libre para que proyectemos nuestra propia identidad, lo negativo resulta a veces cuando algún líder se propone llegar a un cargo público de elección popular, o ya sea como le sucedió a uno que se coaligó con un exgobernador, con la promesa de ungirlo como futuro diputado plurinominal, sin embargo, esto nunca sucedió, ya que tal exmandatario perdería la elección en urnas. Aquí lo que puede perder a cualquier dirigencia es la fatal ambición de un poder de mucho protagonismo, y de más poder fuera del ámbito sindical y magisterial. El poder puede corromper a casi cualquiera, cuando se convierte en mera obsesión.

Un ejemplo proverbial lo encarnó la profesional de la medicina en Italia, la médico María Montessori, que en su momento impactó al mundo con su pedagogía; ahora es sólo un referente. Aquí en México la obra de Pablo Latapí, Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez e innumerables próceres de la educación forjarían nuestro carácter y estilo en el derecho a la libertad de catedra. Pero la tarea prosigue y la innovación también, a lo cual nuestra identidad magisterial deberá ser renovada en la actualidad, y este 15 de mayo se verá el mayor reconocimiento al arduo trabajo magisterial en todos los niveles educativos y en la justicia laboral por el gremio.