El PRI en Veracruz está en la lona. Noqueado en el centro del ring...
La corrupción histórica, el dedazo, la cargada, el carro completo, más de 80 años de “dictadura perfecta”, el cinismo, la soberbia y la vanidad, lo descarrilaron y diluyeron en el vacío.
Y, sin embargo, a las tribus rojas les vale y siguen actuando como si usufructuaran el esplendor y el resplandor de los años idos.
Por ejemplo, lanzar al hijo del general Rafael Macedo de la Concha, ex procurador General de la República, como candidato, ya amarrado, para diputado federal por el distrito de Boca del Río.
Su vida, lejos del pueblo. Sin ningún trascendido social. Sin ningún beneficio a la población. El dedazo en el más alto decibel.
Y el presidente del CDE del PRI, tan bragado que se dice y muestra, calladito. Obediente. Sumiso ante la superioridad. Se llama David Alejandro Macedo Santos.
Tiene currículo, digamos, para secretario de Estado.
Agregado legal de la PGR en Estados Unidos y Canadá, quizá en tiempo del padre, o en otros sexenios, el padre de por medio.
Representante de México en la ONU y la OEA. Delegado de la PGR en varias entidades federativas. Etcétera. Pero sin ninguna huella social en el distrito de Boca del Río que sueña representar. Un simple paso para seguir en el presupuesto.
Carolina Viggiano fue nombrada presidenta de la Comisión Nacional del PRI para la nominación de candidatos a quince gubernaturas y a los 500 diputados federales. Y una de sus primeras acciones fue el dedazo para el hijo del general… que porque nació en Boca del Río.
Nadie, claro, niega méritos académicos y políticos. Pero de consumarse, como parece, los mismos vicios que descarrilaron al tricolor, reproducidos hoy. El dedazo. El tráfico de influencias. El conflicto de intereses.
Simple y llanamente, “nacido para perder” en una plaza, Boca del Río, donde el PAN, con Miguel Ángel Yunes Linares e hijos, está posicionado y que Morena sueña con arrebatar.
Y con un advenedizo, por más brillante que sea, la derrota millón de veces anunciada. A menos que de pronto como Uri Geller, el CEN del PRI salga con “la cargada” de imponer al hijo del general como candidato pluri para amarrarlo en la curul.
Desde tiempo histórico, el PRI decidió que la curul federal por Boca del Río fuera concesionada a un marino y/o a un militar.
Pero las circunstancias políticas y sociales han sufrido un giro de más de 180 grados y el tricolor sigue igual.
Allá ellos si desean continuar con el descrédito.
Y, bueno, si el CEN del PRI quiere congraciarse con el general, tiempo guinda y marrón cuando el Ejército es favorito presidencial, por eso quizá el apodo de Alejandro Moreno, el líder nacional, cambió de “Alito” a “Amlito”. Amlito, de AMLO.
Si el hijo del general ya fue bendecido, entonces, qué caray, las tribus priistas de Veracruz también, pues ni modo que haya priistas de primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, etcétera.
Marlon Ramírez, el presidente del PRI, tiene reservada una candidatura pluri, parece, para diputado local, y su hacedor, Jorge Carvallo Delfín, para diputado federal pluri, si es que el PRI alcanzara la pluri en la circunscripción.