/ viernes 21 de septiembre de 2018

Treinta años de neoliberalismo = a bancarrota del país

Durante su gira de agradecimiento por todo el país, López Obrador declaró en Tepic, Nayaric: “… por la situación de bancarrota en que se encuentra el país es posible que no podamos cumplir todo lo que se está demandando, pero que quede claro, vamos a cumplir todo lo que ofrecimos en campaña. Ese es el piso y de ahí para arriba”. Como era esperado, esto causó reacciones en contra, de adversarios, del sector empresarial, banqueros y de un sector de la prensa —que llamó “fi-fi”—, “… que no terminan todavía de digerir lo que sucedió en la elección presidencial, y pues están atentos sacando de contexto las cosas, buscando las podridas”.

Efectivamente, el sector empresarial rechazó ese diagnóstico de que el país esté en bancarrota. Es entendible que este sector minoritario usufructuario principal de la riqueza de este país, que nunca pierden, y si pierden, los gobiernos neoliberales los salvan; las ganancias son individuales, las pérdidas son colectivas, la sociedad paga el rescate. No se olvide del Fobaproa. La deuda pública de Vicente Fox a la fecha creció de 1.7 billones a 10 billones de pesos (¡billones de pesos!). Aumentó la pobreza, el desempleo, la violencia, la inseguridad, la desigualdad y disminuyó la capacidad de compra del salario. Llevamos 30 años sin crecimiento económico con un promedio de 2% anual, de Fox a la fecha se han entregado para la explotación minera a empresas trasnacionales ¡30 millones de hectáreas de territorio nacional! Se entregó parte del producto de la riqueza petrolera a compañías extranjeras mediante la reforma energética. Y en cambio, vendemos la mitad de nuestro petróleo crudo y compramos 60% de la gasolina que consume el país. Se sigue produciendo la misma cantidad de petróleo que hace 40 años: un millón 800 mil barriles. Las seis refinerías con que cuenta el país trabajan no más del 50% de su capacidad, en cambio, seguimos vendiendo el petróleo crudo, como dijera el clásico: “Vendemos las naranjas y compramos el jugo”. Pareciera una torpeza, pero no, no es torpeza, es traición a la patria que conlleva un gran negocio para altos funcionarios y empresarios. Sometiendo la política nacional a los dictados del capital financiero y comercial trasnacional: privatizar todo lo que sea negocio y reducir presupuesto a lo social.

El empresario Claudio X González Laporte calificó de dramático lo dicho por López Obrador y afirmó que México no está en bancarrota. Y claro, ellos, aunque hablan de México, como si todo México fuera ellos. El señor Claudio X pertenece al selecto grupo de ricos que apenas llega al 1% y que acapara el 36% de la riqueza nacional. Y pertenece también al Consejo Mexicano de Negocios, los verdaderos dueños del poder, que agrupa a los más ricos del país, que incluye a los 17 multimillonarios cuyas fortunas sumadas equivalen al 12% del Producto Interno Bruto.

Dos días después de sus declaraciones en Tepic, y ante las respuestas en contra emitidas por empresarios o por periodistas que tuercen y mienten deliberadamente lo dicho, López Obrador reiteró: “Voy a cumplir todos mis compromisos, pero quiero que se tenga conocimiento del punto de partida”. Y que es posible que no se cumpla todo lo que se está demandando. Es decir, nuevas demandas, nuevas necesidades. También dijo ahí en Tepic: “… no se va a pedir prestado, no vamos a actuar de manera irresponsable. Vamos a honrar nuestros compromisos y no le vamos a fallar al pueblo de México”.


Durante su gira de agradecimiento por todo el país, López Obrador declaró en Tepic, Nayaric: “… por la situación de bancarrota en que se encuentra el país es posible que no podamos cumplir todo lo que se está demandando, pero que quede claro, vamos a cumplir todo lo que ofrecimos en campaña. Ese es el piso y de ahí para arriba”. Como era esperado, esto causó reacciones en contra, de adversarios, del sector empresarial, banqueros y de un sector de la prensa —que llamó “fi-fi”—, “… que no terminan todavía de digerir lo que sucedió en la elección presidencial, y pues están atentos sacando de contexto las cosas, buscando las podridas”.

Efectivamente, el sector empresarial rechazó ese diagnóstico de que el país esté en bancarrota. Es entendible que este sector minoritario usufructuario principal de la riqueza de este país, que nunca pierden, y si pierden, los gobiernos neoliberales los salvan; las ganancias son individuales, las pérdidas son colectivas, la sociedad paga el rescate. No se olvide del Fobaproa. La deuda pública de Vicente Fox a la fecha creció de 1.7 billones a 10 billones de pesos (¡billones de pesos!). Aumentó la pobreza, el desempleo, la violencia, la inseguridad, la desigualdad y disminuyó la capacidad de compra del salario. Llevamos 30 años sin crecimiento económico con un promedio de 2% anual, de Fox a la fecha se han entregado para la explotación minera a empresas trasnacionales ¡30 millones de hectáreas de territorio nacional! Se entregó parte del producto de la riqueza petrolera a compañías extranjeras mediante la reforma energética. Y en cambio, vendemos la mitad de nuestro petróleo crudo y compramos 60% de la gasolina que consume el país. Se sigue produciendo la misma cantidad de petróleo que hace 40 años: un millón 800 mil barriles. Las seis refinerías con que cuenta el país trabajan no más del 50% de su capacidad, en cambio, seguimos vendiendo el petróleo crudo, como dijera el clásico: “Vendemos las naranjas y compramos el jugo”. Pareciera una torpeza, pero no, no es torpeza, es traición a la patria que conlleva un gran negocio para altos funcionarios y empresarios. Sometiendo la política nacional a los dictados del capital financiero y comercial trasnacional: privatizar todo lo que sea negocio y reducir presupuesto a lo social.

El empresario Claudio X González Laporte calificó de dramático lo dicho por López Obrador y afirmó que México no está en bancarrota. Y claro, ellos, aunque hablan de México, como si todo México fuera ellos. El señor Claudio X pertenece al selecto grupo de ricos que apenas llega al 1% y que acapara el 36% de la riqueza nacional. Y pertenece también al Consejo Mexicano de Negocios, los verdaderos dueños del poder, que agrupa a los más ricos del país, que incluye a los 17 multimillonarios cuyas fortunas sumadas equivalen al 12% del Producto Interno Bruto.

Dos días después de sus declaraciones en Tepic, y ante las respuestas en contra emitidas por empresarios o por periodistas que tuercen y mienten deliberadamente lo dicho, López Obrador reiteró: “Voy a cumplir todos mis compromisos, pero quiero que se tenga conocimiento del punto de partida”. Y que es posible que no se cumpla todo lo que se está demandando. Es decir, nuevas demandas, nuevas necesidades. También dijo ahí en Tepic: “… no se va a pedir prestado, no vamos a actuar de manera irresponsable. Vamos a honrar nuestros compromisos y no le vamos a fallar al pueblo de México”.