El arte, junto con el deporte y la ciencia, son el mejor antídoto contra la violencia, pero la realidad es que estamos perdiendo territorio, expresan los codirectores de El Rincón de los Títeres, único teatro en el país construido con recursos públicos pero sostenido por los artistas de manera independiente.
En un estado donde en el último cuatrimestre se han registrado dos asesinatos cometidos por un niño de 10 años y un adolescente de 13, David Aarón Estrada y Lorenzo Portillo coinciden en que los tiempos actuales son resultado de un proceso de largo plazo, de siembra y cosecha.
El individualismo, el tener, el poseer, el acumular y aspirar al poder son mucho más fuertes que la ayuda humanitaria, el bien común y la espiritualidad, opinan los artistas profesionales con una trayectoria de 26 años dedicados a la producción teatral para público infantil.
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"Lo que se vive ahora es una respuesta a lo que sucede en muchas familias, en la política, en las distintas instituciones, donde lo económico está sobre lo espiritual y afectivo", dice David Estrada.
Añade que las mentes tienen que estar ocupadas y ser creativas, pues cuando el tiempo, los sueños y el contexto no están hechos para que niños, niñas y adolescentes estén activos, el desfogue puede ser la violencia.
"El que estén encerrados, sin espacios dignos, deja lamentables consecuencias como la violencia, la falta de empatía y la deshumanización", puntualiza.
Centralización
Lorenzo Portillo, quien se considera optimista y resiliente, expresa que no puede dejar de ser realista y aceptar que "las artes en general están perdiendo terreno".
Observa la necesidad de que el arte llegue a todos los lugares y no se centralice en los teatros, en las salas, en centros culturales, con los mismos públicos y a cargo de las mismas personas que se encargan de llevar proyectos y programas nacionales.
A partir de su propia experiencia, cree que con suma de voluntades sí es posible lograr la descentralización.
"No es fácil pero sí posible si ayuntamientos, alcaldías, faros y municipios reciben a los grupos para que se presenten. Estamos perdiendo territorio, es real, necesitamos ir a las escuelas, a las calles, adonde sea necesario", subraya.
El desafío que dice tener es que el arte sensibilice al público y a funcionarios, quines tienen entre sus pendientes hacer la agenda política cultural.
David Aarón Estrada y Lorenzo Portillo, fundadores de la compañía Merequetengue, Artes Vivas, manifiestan su deseo de que haya mayor reflexión, compromiso y acción para hacer frente a la adversidad. En su caso, dicen vivir un momento de movilidad, de salida de su territorio.
Comparten que gracias a un equipo que ha hecho suyo el compromiso de acercar los títeres a las familias, en El Rincón de los Títeres continúa la actividad los sábados y domingos, pero ellos, en lo que va de 2023, han logrado llegar a escuelas, a varios municipios de la sierra de Zongolica y hasta centros comunitarios con piso de tierra en Guatemala.
En 2023, Merequetengue cumple 23 años de vida y 13 del teatro El Rincón de los Títeres, que ha tenido dos sedes. La última, en Juárez esquina con Ávila Camacho, justo el 30 de abril celebra 10 años de labor ininterrumpida.
Merequetengue ha producido más de 40 puestas en escena y en repertorio tiene 28. Destaca la labor de Denisse Valencia, quien es pionera del trabajo en Xalapa dedicado a la primera infancia.
La Titiribebeteca en El Rincón de los Títeres, opinan los artistas, es una iniciativa que debería estar en todos lados para que desde bebés haya un acercamiento con los libros, con los familiares, con otras personas cálidas quienes se congregan a disfrutar las bondades de lo comunitario.
El Rincón de los Títeres convoca a niños, niñas y sus familias a unirse los domingos en El Árbol de la Palabra, otro de los espacios que coordinan y que les hace afirmar que sí es posible una infancia libre de entornos y emociones violentos.