/ viernes 12 de marzo de 2021

Estos son los traidores de la patria

El pasado 3 de marzo el Senado de la República aprobó la propuesta de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, con 68 votos a favor y 58 en contra. Estos son los partidos que votaron en contra: PRI, PAN, PRD, MC y PVEM, así como los “morenistas” Germán Martínez y Nancy de la Sierra.

Dicha reforma fortalecerá indudablemente a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), al eliminar los contratos leoninos acordados durante los gobiernos de Calderón y Peña Nieto con empresas extranjeras como Odebrecht, Iberdrola, Repsol y otras, competencia de CFE, que incluso estaba obligada contractualmente a otorgar subsidios millonarios a dichas empresas.

Era más que evidente el entreguismo de la propiedad de la Nación a esas empresas extranjeras. La oposición alegó en contra que se violan los tratados, que se generará carestía y se dará prioridad a la generación de electricidad contaminante. Vuelven a esgrimir que se espantará la inversión extranjera. Lo importante es que el Estado recupere la rectoría sobre la electricidad. Es justo señalar que en esta reforma se aprecia la aportación nacionalista de Bartlett, quien desde su desempeño como senador denunció estos contratos leoninos y entreguistas.

En septiembre de 1960, el entonces presidente Adolfo López Mateos expropió la industria eléctrica y emitió un mensaje al pueblo de México, que con el permiso de mis lectores lo reproduzco in extenso, donde con gran visión histórica y política nos advierte de los malos mexicanos que pretendieran echar reversa a esta conquista histórica:

“Les devuelvo la energía eléctrica, que es de la exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen, porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros. Ni un paso atrás, fue la consigna de Don Lázaro Cárdenas del Río; hoy le tocó, por fortuna, a la energía eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda obediencia a sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la Nación. Ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las empresas públicas para apoyarnos. Solo un traidor entrega su país a los extranjeros; los mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro país. Cuando un gobernante extranjero me pregunta si hay posibilidades de entrar al negocio de los energéticos o la electricidad, le respondo que apenas estamos independizándonos de las invasiones extranjeras que nos vaciaron el país. Pero en tanto los mexicanos, sí queremos invertir en el petróleo americano o en su producción de energía eléctrica, por si quieren un socio extranjero. En México la Constitución es muy clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano. El resto de las especulaciones al respecto son traición a la patria. Industrializar el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales ni la entrega indiscriminada del patrimonio de la patria”.