Ta´canijo cuando en el Valle de Uxpanapa, en el sur de Veracruz, el lunes 16 de marzo unas setecientas camionetas y unas mil doscientas personas circularon en caravana.
Esto en una protesta, resistencia pacífica, sublevados al tsunami de violencia, incertidumbre, zozobra e impunidad padecida en "la noche tibia y callada" que fue de Agustín Lara. Y más cuando dicen a los vecinos, primero, "que no están solos" porque ellos están, y segundo, "si no luchamos hoy... mañana nos matan". Se trata, entonces, del estado fallido en vez del ilusorio y utópico Estado de derecho.
Desde el lado oficial, el lado de la izquierda, la izquierda que ejerce el poder desde el palacio de Xalapa, declararán que las autodefensas del Valle de Uxpanapa, de igual manera que cuando se refirieran a las autodefensas de Las Choapas, son un grupo de ganaderos y campesinos inconformes. Pero cuando se conocen las razones de su lucha social, muchos armados, demandando todos juntos un alto al secuestro y al derecho de piso, manifiestan el hartazgo social luego de 16 meses en la cresta del poder del sexenio guinda y marrón.
Incluso, y en la utopía, en el sueño ideal, hasta pidieron que los malandros, secuestradores, feminicidas y violadores sean condenados, más que a una cadena perpetua, a una inyección letal para que su muerte sea inmediata. El legítimo reclamo social en el Uxpanapa contrasta con la filosofía política de AMLO cuando dice que los malandros son seres humanos y han de comprenderse. Muchas, muchísimas indulgencias quizá esté ganando el presidente de la República con su filosofía, pero sin ningún impacto en una población cayendo cada vez más al rincón más arrinconado del infierno, cada día y noche a la deriva y expuesta.
En la marcha de las autodefensas participaron ganaderos, campesinos, agricultores, productores de hule y comerciantes y luego festinaron con una sabrosa comelitona donde todos aportaron su "granito de arena", según describe el cronista Ignacio Carvajal García. Se declararon "aliados del gobierno" para evitar, digamos, días y noches incómodas, represión oficial, malos entendidos.
Fue la segunda caravana, marcha pacífica, resistencia prudente, en un mes. El primer domingo de marzo unos mil 300 hombres armados, en sus vehículos, transitaron en los municipios de Agua Dulce, Nanchital, Moloacán y Las Choapas. Quince días después, otra vez, Casi casi, como si la olla caliente hirviera a punto de explotar. El volcán, erupcionando. El fuego, incendiando la pradera. El gas, reventando.
De acuerdo con la crónica del colega, en el Uxpanapa hay un par de cárteles operando. Jalisco Nueva Generación y Los Zetas. Y todos los días, días y noches, levantones, secuestros, ejecutados, feminicidios y extorsiones. ¡Vaya paraíso terrenal que vive la población! ¡Vaya paraíso celestial que usufructúan los cárteles!
