/ jueves 11 de febrero de 2021

Dentro y fuera

Nuestra postura mental es esencial ante los grandes y abruptos cambios, merece nuestra mejor atención, pero al mismo tiempo la visión holística de nuestra vida es básica para equilibrar nuestro ser.

Atrapados, es una tiránica aseveración en palabra; excluidos, también es lesiva, pero si consideramos un primer punto como lo es nuestro cuerpo, ahí podremos ver nuestro primer hábitat o prisión. Dependiendo el punto de vista cognitivo de cada ser humano, es nuestro pensamiento el que construye, moldea, modela y dirige nuestras actitudes en el acontecer diario.

Al proyectarnos como un todo, caemos en cuenta que nada es bueno o malo, sólo es neutral, que lo que a unos fortalece a otros los pudiera aniquilar. ¿Por qué razón eres católico, judaico, masón, agnóstico, activista social?, o te encuadras en otro sistema de vida y creencias para poder tener una identidad definida y romper la limitación de ser una unidad meramente individual, y hasta dualista.

Todos hemos evolucionado bajo ambientes disímbolos, pero aquello que nos une es también la necesidad de afecto, comprensión, unidad, participación, competición, comunicación y demás.

Ante la crisis mundial en la salud pública, venimos comprendiendo el lado más humano de todos, es decir, nuestra sutil fragilidad, y al mismo tiempo nuestra capacidad de encuentro con los demás, con nosotros mismos, conectando a nuestro ser interno con el ambiente externo, el cual también es interno en sus elementos sustanciales, pues aquello que observa también es lo observado.

Por ejemplo, los partidos políticos son entes del dominio e interés público, la razón se asienta en que a toda decisión de gobierno habrá de existir una reacción social, manifestada en la aprobación o el descontento popular en la sociedad. Cualquiera que manifieste ser apolítico, no será más que un farsante, o en su caso una persona sujeta a interdicción, afectada en sus facultades mentales, pues en sí todos hacemos política de una forma u otra. Dentro, tenemos nuestras muy personales preferencias; fuera, nos encontramos con simpatías o, en su caso, oposiciones a nuestras ideas. Aquí se ejerce la toma de decisiones, es donde aparece la legitimación de nuestra conducta al defender aquello en lo que creemos.

Nos resultaría sumamente desgastante estar de acuerdo con negro, blanco y tonos intermedios, incluso un creyente religioso hace más política de la que en apariencia cree estar haciendo. La espiritualidad es un concepto diferente e inclusivo ante la variedad de temas, nomenclaturas, siglas, nociones institucionales y demás. Por lo tanto, dentro de nosotros mismos hay motivaciones prevalentes y otras excluyentes. Siendo la tolerancia un encuentro vital con la diversidad externa a nuestra propia conformación personal, así es como el mundo funciona, y si no hubiera tal conformación estética, anímica, ideológica y demás, entonces tampoco habría un disfrute, una tendencia al mejoramiento de las sociedades estatuidas en instituciones asentadas desde el propio núcleo familiar.

Dentro y fuera son dos velocidades de vida encontradas en cada paso que damos, así y en el ahora nos hemos vuelto mucho más conscientes de la importancia en nuestra toma de decisiones.

En Xalapa arrancó la jornada electoral y lo mejor que pudiera sugerirles es que sean propositivos --basados en argumentos-- y que aquello que prometan lo lleguen a cumplir por el mejoramiento ciudadano. Nadie está excluido.

Nuestra postura mental es esencial ante los grandes y abruptos cambios, merece nuestra mejor atención, pero al mismo tiempo la visión holística de nuestra vida es básica para equilibrar nuestro ser.

Atrapados, es una tiránica aseveración en palabra; excluidos, también es lesiva, pero si consideramos un primer punto como lo es nuestro cuerpo, ahí podremos ver nuestro primer hábitat o prisión. Dependiendo el punto de vista cognitivo de cada ser humano, es nuestro pensamiento el que construye, moldea, modela y dirige nuestras actitudes en el acontecer diario.

Al proyectarnos como un todo, caemos en cuenta que nada es bueno o malo, sólo es neutral, que lo que a unos fortalece a otros los pudiera aniquilar. ¿Por qué razón eres católico, judaico, masón, agnóstico, activista social?, o te encuadras en otro sistema de vida y creencias para poder tener una identidad definida y romper la limitación de ser una unidad meramente individual, y hasta dualista.

Todos hemos evolucionado bajo ambientes disímbolos, pero aquello que nos une es también la necesidad de afecto, comprensión, unidad, participación, competición, comunicación y demás.

Ante la crisis mundial en la salud pública, venimos comprendiendo el lado más humano de todos, es decir, nuestra sutil fragilidad, y al mismo tiempo nuestra capacidad de encuentro con los demás, con nosotros mismos, conectando a nuestro ser interno con el ambiente externo, el cual también es interno en sus elementos sustanciales, pues aquello que observa también es lo observado.

Por ejemplo, los partidos políticos son entes del dominio e interés público, la razón se asienta en que a toda decisión de gobierno habrá de existir una reacción social, manifestada en la aprobación o el descontento popular en la sociedad. Cualquiera que manifieste ser apolítico, no será más que un farsante, o en su caso una persona sujeta a interdicción, afectada en sus facultades mentales, pues en sí todos hacemos política de una forma u otra. Dentro, tenemos nuestras muy personales preferencias; fuera, nos encontramos con simpatías o, en su caso, oposiciones a nuestras ideas. Aquí se ejerce la toma de decisiones, es donde aparece la legitimación de nuestra conducta al defender aquello en lo que creemos.

Nos resultaría sumamente desgastante estar de acuerdo con negro, blanco y tonos intermedios, incluso un creyente religioso hace más política de la que en apariencia cree estar haciendo. La espiritualidad es un concepto diferente e inclusivo ante la variedad de temas, nomenclaturas, siglas, nociones institucionales y demás. Por lo tanto, dentro de nosotros mismos hay motivaciones prevalentes y otras excluyentes. Siendo la tolerancia un encuentro vital con la diversidad externa a nuestra propia conformación personal, así es como el mundo funciona, y si no hubiera tal conformación estética, anímica, ideológica y demás, entonces tampoco habría un disfrute, una tendencia al mejoramiento de las sociedades estatuidas en instituciones asentadas desde el propio núcleo familiar.

Dentro y fuera son dos velocidades de vida encontradas en cada paso que damos, así y en el ahora nos hemos vuelto mucho más conscientes de la importancia en nuestra toma de decisiones.

En Xalapa arrancó la jornada electoral y lo mejor que pudiera sugerirles es que sean propositivos --basados en argumentos-- y que aquello que prometan lo lleguen a cumplir por el mejoramiento ciudadano. Nadie está excluido.