/ jueves 2 de julio de 2020

Escoltas explotados

El desempleo y el subempleo y los salarios insultantes están cambiando la práctica laboral. Y de algún modo el concepto universal de "El Mil Usos" toma un nuevo aire. Por ejemplo, con los guardaespaldas.

Antes, en el siglo pasado, los llamados guaruras solo tenían esa función, tanto en la vida pública como en la privada. Sus vidas… a cambio de garantizar la vida del jefe y los patrones y los hijos y la esposa. Ahora, quizá por el tiempo sombrío del coronavirus, los escoltas han ampliado el tipo de servicio.

Por ejemplo, cada mañana, antes de que el sol sale lavan los automóviles y camionetas del patrón, desde la unidad móvil para él y la esposa como la de los hijos.

Incluso, en la esquina hay un escolta de baja estatura, la altura de Napoleón Bonaparte, y se trepa a un banquito para lavar el toldo de las camionetas por si las dudas los pájaros las ensuciaron.

Luego, vaya paradoja, y también antes de que salga el sol pues el sol causa estragos, riegan el jardín y las plantitas de las señoras acomodadas en el garaje y los pasillos exteriores de la casa.

Después, y por aquí llega la trabajadora doméstica, la llevan al mercado y la tienda en la plaza comercial para las compras del día.

A) Manejan la camioneta. B) Ayudan a cargar la despensa. C) Acomodan la despensa en el carrito. D) Lo trasladan a la unidad móvil y lo acomodan. Y E) La descargan en casa.

Entonces, inicia otra faena. Llevar a los niños a la escuela si hay clases, y como ahora en el tiempo del coronavirus, a las casas de sus amiguitos para jugar.

¡Ah!, luego de lavar los carros y una vez a la semana encerarlos, todos los días deben sacar a los perritos, mascotas de los niños, a caminar en el parque o dar vueltas en la calle.

Unos veinte minutos. Y al mismo tiempo, van levantando la caca de los perritos para evitar pleitos con los vecinos.

Y cuando la patrona amaneció con un mal karma, entonces, hasta deben bañar a las mascotas.

A pesar de tanta disponibilidad laboral, ninguno de los escoltas puede utilizar el baño de la casa, digamos, de la sala y que suelen ocupar los invitados a un convivio.

Y cuando, de pronto, tienen una emergencia (del uno y el dos), entonces, deben calcular el tiempo y salir corriendo a la plaza comercial cercana para usar los baños públicos.

"Se han dado casos, dice un escolta, en que de plano la orinadera nos gana", con todo y que antes de llegar al trabajo de todos los días procuran satisfacer necesidades.

Por lo general, el trabajo diario de los escoltas es de doce horas. Y si por alguna casualidad un compañero falta, entonces, 24 por 24, como un policía.

Todo, por trescientos pesos diarios. 9 mil al mes. Y sin Seguro Social ni Infonavit ni derecho de antigüedad.

Semanas anteriores, un escolta salió de trabajar a las 8 de la mañana y se fue caminando a la parada del autobús urbano. 4, 5 cuadras adelante, unos juniors lo alcanzaron y bajaron del coche y lo quisieron asaltar. Se defendió y lo mataron a tiros.

La familia hizo una colecta entre los compañeros escoltas para comprar el féretro y sepultarlo.

El desempleo y el subempleo y los salarios insultantes están cambiando la práctica laboral. Y de algún modo el concepto universal de "El Mil Usos" toma un nuevo aire. Por ejemplo, con los guardaespaldas.

Antes, en el siglo pasado, los llamados guaruras solo tenían esa función, tanto en la vida pública como en la privada. Sus vidas… a cambio de garantizar la vida del jefe y los patrones y los hijos y la esposa. Ahora, quizá por el tiempo sombrío del coronavirus, los escoltas han ampliado el tipo de servicio.

Por ejemplo, cada mañana, antes de que el sol sale lavan los automóviles y camionetas del patrón, desde la unidad móvil para él y la esposa como la de los hijos.

Incluso, en la esquina hay un escolta de baja estatura, la altura de Napoleón Bonaparte, y se trepa a un banquito para lavar el toldo de las camionetas por si las dudas los pájaros las ensuciaron.

Luego, vaya paradoja, y también antes de que salga el sol pues el sol causa estragos, riegan el jardín y las plantitas de las señoras acomodadas en el garaje y los pasillos exteriores de la casa.

Después, y por aquí llega la trabajadora doméstica, la llevan al mercado y la tienda en la plaza comercial para las compras del día.

A) Manejan la camioneta. B) Ayudan a cargar la despensa. C) Acomodan la despensa en el carrito. D) Lo trasladan a la unidad móvil y lo acomodan. Y E) La descargan en casa.

Entonces, inicia otra faena. Llevar a los niños a la escuela si hay clases, y como ahora en el tiempo del coronavirus, a las casas de sus amiguitos para jugar.

¡Ah!, luego de lavar los carros y una vez a la semana encerarlos, todos los días deben sacar a los perritos, mascotas de los niños, a caminar en el parque o dar vueltas en la calle.

Unos veinte minutos. Y al mismo tiempo, van levantando la caca de los perritos para evitar pleitos con los vecinos.

Y cuando la patrona amaneció con un mal karma, entonces, hasta deben bañar a las mascotas.

A pesar de tanta disponibilidad laboral, ninguno de los escoltas puede utilizar el baño de la casa, digamos, de la sala y que suelen ocupar los invitados a un convivio.

Y cuando, de pronto, tienen una emergencia (del uno y el dos), entonces, deben calcular el tiempo y salir corriendo a la plaza comercial cercana para usar los baños públicos.

"Se han dado casos, dice un escolta, en que de plano la orinadera nos gana", con todo y que antes de llegar al trabajo de todos los días procuran satisfacer necesidades.

Por lo general, el trabajo diario de los escoltas es de doce horas. Y si por alguna casualidad un compañero falta, entonces, 24 por 24, como un policía.

Todo, por trescientos pesos diarios. 9 mil al mes. Y sin Seguro Social ni Infonavit ni derecho de antigüedad.

Semanas anteriores, un escolta salió de trabajar a las 8 de la mañana y se fue caminando a la parada del autobús urbano. 4, 5 cuadras adelante, unos juniors lo alcanzaron y bajaron del coche y lo quisieron asaltar. Se defendió y lo mataron a tiros.

La familia hizo una colecta entre los compañeros escoltas para comprar el féretro y sepultarlo.

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