/ miércoles 12 de septiembre de 2018

La gallina de los huevos de oro

Indudablemente nuestro país tiene grandes y serios problemas: la pobreza de muchos de nuestros compatriotas, la delincuencia e impunidad, la corrupción y otros; empero no todo está mal y no por milagro, sino porque no todo se ha hecho mal. Se han hecho cosas buenas y muchas. Ahora se puede hablar de ellas sin hacerse sospechoso de defender al gobierno y lo peor: de ser adversario del ahora presidente electo de México. Una de las cosas bien hechas es el fomento de nuestro país como destino turístico; claro, aunado al mejoramiento sistemático de nuestros destinos turísticos que son prácticamente todos los rincones de la patria. En los últimos seis años nuestro país pasó del lugar 15 al seis como destino turístico mundial, sólo después de Alemania, Reino Unido, Rusia, Grecia y Turquía. El monto del ingreso de divisas creció de 2013 al 17 en 53%, lo que significó en el último año 21 mil 372 dólares. (Milenio en línea, 9/9/18). Éste es fruto de un esfuerzo conjunto del gobierno y la iniciativa privada. Tenemos de todo para todos, además, nuestro pueblo con su hospitalidad, música, comida, tradiciones, etcétera, enamora a todo turista que hace de una nueva visita su mayor anhelo. Sin embargo, debemos cuidar la gallina de los huevos de oro. Por ello es preocupante lo expresado por una investigadora de accidentes aéreos de la Universidad del Sur de California y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) (Reforma,10/9/18). En esencia coincidieron en que la saturación de vuelos en el Aeropuerto Internacional de la CDMX pone en grave riesgo a los pasajeros, y a los habitantes de las zonas aledañas añadiría yo. El IMCO dejó en claro que la capacidad del aeropuerto “es de 32 millones de pasajeros y 365 mil operaciones al año. En 2017 superó los 44 millones de usuarios y 449 mil vuelos”. El riesgo de colisiones es estadísticamente posible; de ocurrir, nuestro descrédito internacional sería mayúsculo y las divisas por concepto de turismo irían a dar a otro lado. Y vaya que sobran las ofertas para visitar los cuatro puntos cardinales; algunas con precios subvencionados ante la falta de divisas.

A pesar de la criminalidad mucha gente nos visita; pero si su vida se pone en peligro por llegar o salir de nuestro aeropuerto más importante seguramente no vendrán. Nadie en su sano juicio lo haría. De ahí la urgencia de un nuevo aeropuerto internacional que satisfaga todas las normas técnicas. Ojalá que los políticos se dieran cuenta de esto.







Indudablemente nuestro país tiene grandes y serios problemas: la pobreza de muchos de nuestros compatriotas, la delincuencia e impunidad, la corrupción y otros; empero no todo está mal y no por milagro, sino porque no todo se ha hecho mal. Se han hecho cosas buenas y muchas. Ahora se puede hablar de ellas sin hacerse sospechoso de defender al gobierno y lo peor: de ser adversario del ahora presidente electo de México. Una de las cosas bien hechas es el fomento de nuestro país como destino turístico; claro, aunado al mejoramiento sistemático de nuestros destinos turísticos que son prácticamente todos los rincones de la patria. En los últimos seis años nuestro país pasó del lugar 15 al seis como destino turístico mundial, sólo después de Alemania, Reino Unido, Rusia, Grecia y Turquía. El monto del ingreso de divisas creció de 2013 al 17 en 53%, lo que significó en el último año 21 mil 372 dólares. (Milenio en línea, 9/9/18). Éste es fruto de un esfuerzo conjunto del gobierno y la iniciativa privada. Tenemos de todo para todos, además, nuestro pueblo con su hospitalidad, música, comida, tradiciones, etcétera, enamora a todo turista que hace de una nueva visita su mayor anhelo. Sin embargo, debemos cuidar la gallina de los huevos de oro. Por ello es preocupante lo expresado por una investigadora de accidentes aéreos de la Universidad del Sur de California y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) (Reforma,10/9/18). En esencia coincidieron en que la saturación de vuelos en el Aeropuerto Internacional de la CDMX pone en grave riesgo a los pasajeros, y a los habitantes de las zonas aledañas añadiría yo. El IMCO dejó en claro que la capacidad del aeropuerto “es de 32 millones de pasajeros y 365 mil operaciones al año. En 2017 superó los 44 millones de usuarios y 449 mil vuelos”. El riesgo de colisiones es estadísticamente posible; de ocurrir, nuestro descrédito internacional sería mayúsculo y las divisas por concepto de turismo irían a dar a otro lado. Y vaya que sobran las ofertas para visitar los cuatro puntos cardinales; algunas con precios subvencionados ante la falta de divisas.

A pesar de la criminalidad mucha gente nos visita; pero si su vida se pone en peligro por llegar o salir de nuestro aeropuerto más importante seguramente no vendrán. Nadie en su sano juicio lo haría. De ahí la urgencia de un nuevo aeropuerto internacional que satisfaga todas las normas técnicas. Ojalá que los políticos se dieran cuenta de esto.